Alcoa tiene comprador para las fábricas de aluminio de A Coruña y Avilés -el fondo de inversión suizo Parter-, pero la operación no acaba de fraguarse. Discrepancias financieras sobre el aval que el inversor debe presentar al formalizar el contrato han llevado a la multinacional aluminera a amagar con frustrar la venta en el último momento. A un día para que se ejecutase el ERE (expediente de regulación de empleo), Alcoa accedió ayer de madrugada a prolongar el plazo de venta hasta el próximo domingo, ante la presión del Ministerio de Industria y el enfado de los comités de empresa. La representación de los trabajadores acusa a la compañía de estar "boicoteando, una vez más, el proceso de venta, cambiando las condiciones al inversor en el último momento". Está en juego el futuro de casi 700 trabajadores (375 en A Coruña y 313 en Avilés).

La reunión de la comisión negociadora del ERE, que había empezado el viernes a las tres de la tarde en un hotel de Madrid, terminó pasadas las cuatro de la madrugada de ayer, tras varios recesos y llamadas a Suiza -donde está radicado Parter Capital Group- y a Pittsburgh (EEUU) -sede de Alcoa-. El director general de Industria, Raúl Blanco, acudió de urgencia sobre las siete de la tarde del viernes y permaneció hasta más allá de la una de mañana, cuando la multinacional aceptó ampliar el plazo de venta. Asistentes al encuentro lo calificaron de "absolutamente surrealista", por las repentinas dudas de Alcoa sobre las garantías financieras de Parter, con quien firmó un preacuerdo hace dos semanas. Según pudo saber este periódico, la multinacional americana le exigió el viernes al fondo helvético 30 millones de euros en concepto de aval sobre el mantenimiento de la actividad (Parter no paga nada por las fábricas pero debe garantizar el 100% del empleo 24 meses). El inversor aportó distintos activos por ese importe, pero Alcoa rechazó la garantía y le exigió liquidez. El grupo suizo manifestó su imposibilidad de ingresar ese dinero de forma inmediata y también su sorpresa por la actitud de la compañía vendedora, que a su juicio no necesita tal cantidad. De hecho es a Alcoa y no a Parter a quien le supone un desembolso económico inicial la venta, ya que se ha comprometido a dar 40 millones (y anunció que será más) para recuperar las cubas de electrólisis.

El comité de empresa de A Coruña envió un comunicado a las 4.48 horas de ayer, a la salida de la reunión, para explicar lo sucedido: "Durante toda la tarde y parte de la noche no se ha discutido con la empresa al entender que estaba boicoteando, una vez más, el proceso de venta cambiando las condiciones al inversor en el último momento y exigiendo unas condiciones que era casi imposible cumplir en 24 horas". Los trabajadores siguen negándose a ratificar el proceso de venta como exige Alcoa para cerrarlo.

Mañana a las once, empresa y trabajadores se reunirán con Parter para analizar su solvencia financiera, con la presencia del Ministerio de Industria, que ha actuado como colaborador en el proceso de venta iniciado en enero.

El fondo de inversión alemán Quantum, que pugnó con Parter pero fue desechado por Alcoa, mantiene su oferta para hacerse con ambas factorías "con un sólido proyecto industrial y todas las garantías financieras", señaló ante el giro de los acontecimientos. Este inversor era el preferido en Asturias.

Haz click para ampliar el gráfico