El inversor elegido como comprador de las plantas de Alcoa de A Coruña y Avilés, Parter Capital Group, garantiza el empleo durante dos años pero tratará de aligerar la plantilla actual (375 trabajadores en A Grela y 313 en Asturias) con bajas voluntarias, para lo que ofrece una compensación de un año de salario. Así figura en el plan de negocio del fondo suizo y así lo expuso el comité de empresa en la asamblea de trabajadores celebrada ayer en A Grela, en la que los sindicatos no avanzaron si hoy ratificarán el acuerdo de venta como exige Alcoa, pero sí dejaron claro que prefieren pasar a manos del grupo helvético que sufrir el despido colectivo. El plazo para que una de esas dos circunstancias se produzca termina el domingo.

En la asamblea, el comité coruñés aludió a discrepancias sobre las cláusulas como motivo por el que se ha negado hasta el momento a ratificar la venta, una formalidad que por otra parte considera un "chantaje" de Alcoa. Los trabajadores rechazan avalar datos técnicos y financieros de una operación de compraventa en la que no tienen responsabilidad legal. "Hay que limar ese documento que quiere que se firme Alcoa", concluye Julio Moskowich, delegado de la CIG, quien considera que la plantilla no tiene "más opción que aceptar el proyecto de Parter".

Aunque algún trabajador pidió votar sobre el sí a Parter, el comité rechazó esta posibilidad. También en Asturias quedó descartada, aunque inicialmente la asamblea planteaba este escenario. El comité de Avilés opta por no pronunciarse sobre la operación y espera que Alcoa mueva ficha en la reunión fijada para las cuatro de esta tarde en Madrid. La multinacional espera que sea la última y urge a ratificar el texto "cuanto antes" para cerrar el proceso a día 30. Aunque el ERE (expediente de regulación de empleo) firmado en enero no otorgaba ningún papel a la representación de los trabajadores en la decisión de vender, Alcoa ha marcado como requisito para hacer firme el preacuerdo con Parter que la plantilla dé su visto bueno por escrito.