El de 2018 fue un ejercicio de récords, en plural, para Cortizo. El grupo logró batir su máximo de producción y también de ventas, con 636 millones de euros, casi un 15% más que la facturación del ejercicio anterior. De ese total de la cifra de negocio, el 70% vino del mercado internacional. La compañía vende ya en 60 países, con Alemania, Reino Unido y Francia a la cabeza.

El volumen de perfilería de aluminio ascendió a 81.178 toneladas, lo que supone un incremento anual del 7%, y 1,34 millones de barras de PVC, cerca de un 40% por encima de la producción de 2017. El alza de la carga de trabajo implicó la creación de 286 nuevos empleos, "una tendencia que ha continuado en los primeros meses de este año, en los que se han generado 119 empleos", según detalla el líder español de fabricación de aluminio y PVC. La plantilla alcanza las 3.205 personas, de las que 1.663 están Galicia.

Cortizo destinó 51,1 millones de euros el pasado año para incrementar la capacidad productiva de sus fábricas y la mejora de su red logística, unos 19,4 millones en el caso de su factoría de Padrón. La inversión acumulada en la última década supera los 240 millones para "dotar a la estructura comercial de la capacidad de respuesta necesaria para continuar la estrategia de expansión", explica Antoni B. Picón, director de la división industrial.

La compañía acaba de abrir una delegación en Londres y prevé llevar un modelo de showroom y oficina técnica a Bélgica, Hungría y México. Entre sus nuevos proyectos destaca también una red de tiendas de ventanas y una división específica para perfiles de aluminio en la industria aeroespacial, el ferrocarril y el naval.