La recomendación popular de repartir los huevos en diferentes cestas tan recurrida entre los asesores de inversión sirve también para explicar por qué el comercio exterior de Galicia está perdiendo el esplendor de ejercicios pasados. Con todo lo que tiene eso de peligro para la economía regional, ahora sin uno de los motores que más tiraron hacia la salida de la recesión. Las exportaciones de las empresas de la comunidad alcanzaron los 6.918,2 millones de euros durante el primer cuatrimestre, un 9,8% menos que en el mismo periodo de 2018. Empiezan a quedar lejos los récords de las ventas internacionales y es poco probable que una remontada de última hora permita marcar otro máximo histórico en 2019. La principal cesta de Galicia es el territorio comunitario y la ralentización de la UE restringe las ventas. Y dentro de los huevos, hay dos, automoción y textil, que pesan tanto como para que si la cesta cae, todo el negocio se resienta.

La exportación gallega cambió el acelerador por el freno ya en noviembre. Desde entonces está en números rojos, con la única excepción de febrero, cuando las ventas a otros países crecieron un tímido 2,8%. El pasado abril, el último mes contabilizado por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, bajaron un 10,7%. Una evolución que contrasta con la tendencia que, por el momento, sigue el conjunto del país: el negocio exterior aumentó un 3,8% en abril y acumula un alza del 0,9% en los cuatro primeros meses del año.

Aunque Baleares, donde el retroceso roza el 12%, arroja peores datos, su relevancia en la cesta de las exportaciones españolas es muchísimo menor. Representa únicamente el 0,5% frente al 7,2% que supone Galicia. De hecho, el descenso de las empresas gallegas restó casi un punto al crecimiento total del negocio español. Castilla y León, otra de las regiones importantes en el comercio exterior, registró un descenso del 9,6%; y del 0,2% el País Vasco. Las exportaciones asturianas y aragonesas, en cambio, se dispararon un 19,1% y un 15,5%, respectivamente, hasta abril.

A Galicia le falla su principal destino. Las ventas dentro de Europa se resienten un 13,5% y entre los 28 estados de la UE el descenso se eleva al 13,7%. Francia concentra prácticamente dos de cada diez euros de las exportaciones gallegas y el recorte en su caso fue del 10%. Pero está el flujo con Italia, con su economía en recesión: se desploma un 20,8%. Otro 12,4% cae el comercio de la región con Reino Unido y un 15,1% con Alemania. Portugal, segundo destino del made in Galicia, deja la menor caída, un 1,2%; mientras que la más intensa es con Bélgica, por encima del 48%.

De los pocos países que presentan todavía un crecimiento positivo de las exportaciones gallegas destacan EE UU, con un alza del 18,7% entre enero y abril, hasta suponer en estos momentos el 2,9% de las compras a las empresas de la comunidad; y China, con una variación del 32,1%.

Material de transporte (sobre todo automoción) y textil rondan entre ambas cerca de la mitad de todas las exportaciones. Y las dos también siguen a la baja, con caídas del 12,9% (1.709 millones de euros) y del 20,7% (1.667,9 millones), respectivamente. Suben las ventas de pescado y crustáceos (0,5%), las conservas (3,3%) y todo el capítulo de máquinas y material eléctrico (22,9%).