Hondo malestar del patrón por su "dogmatismo" y "extremismo" al alentar un recorte drástico de las emisiones de CO2 en los próximos diez años. Y avisa: afectará a la actividad y al empleo en todas las factorías de la multinacional automovilística en Europa, incluidas las españolas (Vigo, Madrid y Zaragoza). Este aviso a navegantes de Carlos Tavares coincide prácticamente con la puesta de largo oficial de la nueva fábrica del consorcio galo en Kénitra, Marruecos, que comparte plataforma con las plantas españolas y que hoy por hoy representa la mayor amenaza para Balaídos no ya por el coste de la mano de obra, muy inferior, sino por la manga ancha que Rabat mantiene en materia de emisiones frente a Europa.

Tavares, que cogió las riendas de un grupo con pérdidas milmillonarias y ha logrado relanzarlo hasta convertirse en uno de los principales fabricantes de vehículos del mundo, integrando ahora cinco marcas (Citroën, Peugeot, DS, Opel y Vauxhall), hizo estas declaraciones durante su participación en el Rally de Portugal, en las que aprovechó para cargar las tintas precisamente contra Lisboa, París y Madrid. "Hablé con todos los gobiernos y ninguno nos quiso escuchar", reconoció el presidente de PSA al periódico Expresso. Más que el coche autónomo, los nuevos hábitos de consumo ( car-sharing) o la conectividad a bordo, Tavares considera que la principal amenaza para esta industria es el -a su juicio- excesivo recorte de gases de efecto invernadero propuesto por la UE para 2030: un 40%.

Y acusa directamente a los gobiernos "dogmáticos" de Francia, España y Portugal, pese a ser "fabricantes de coches". "Portugal, Francia y España fueron los países que adoptaron posiciones más extremas, empujando al Parlamento Europeo a ese porcentaje del 40%", apostilló, tras lo que advirtió que esto tendrá consecuencias en todas las fábricas de coches en Europa, donde estima que pueden perder su empleo en torno a 35.000 trabajadores. "Hay que recordar que ahora tenemos fábricas en el norte de África, en Marruecos. Si Europa occidental sigue creando obstáculos al desarrollo industrial habrá un momento en que esto tendrá un efecto visible", avisó el patrón de PSA, que en las próximas semanas inaugurará precisamente el nuevo centro de Kénitra, con capacidad -ampliable- para más de 200.000 coches y motores al año.

Para cumplir ese 40% de reducción de emisiones previsto por Bruselas, los fabricantes de coches, incluido PSA, se están centrando en el lanzamiento de modelos 100% eléctricos para rebajar así el cómputo global de gases de cada firma. El problema que se plantea es que para que una planta pueda mantener unos niveles de producción -y empleo- similares a los que tendrá Vigo el próximo año -más de 500.000 coches-, un porcentaje importante de sus vehículos tendrán que ser eléctricos, algo que a la postre dependerá estrictamente de la demanda.