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La propiedad de Vulcano pedirá la liquidación tras entregar el ferri

No esperará a la junta de accionistas, fijada para el 1 de julio

El ferri "Villa de Teror", durante las segundas pruebas oficiales de mar, en la ría. // Ricardo Grobas

Hace meses que la familia Santodomingo, que controla Factorías Vulcano a través de la sociedad Astilleros La Mecánica, había tirado la toalla. Y, en la antesala de la entrega del ferri Villa de Teror, el único pedido que ha firmado en diez años, no ha vuelto a cogerla del suelo. La compañía solicitará la liquidación voluntaria tras la entrega del buque a Trasmediterránea (filial de Naviera Armas), según confirmaron a FARO fuentes próximas al astillero. Vulcano no aguardará así necesariamente hasta la celebración de la junta anual de accionistas, programada de manera ordinaria para el lunes 1 de julio (en primera convocatoria). En dicha sesión se someterán al criterio de los socios las cuentas de 2018 y el informe de gestión del administrador. En el último ejercicio del que se dispone balance, de 2017, la Factorías Vulcano obtuvo un resultado positivo de 2,49 millones de euros, aunque acarreaba unos fondos propios negativos -en aplicación de pérdidas de ejercicios anteriores- por otros 128,5 millones.

"La documentación está ya preparada", anticiparon las mismas fuentes. El ferri tenía prevista su entrega para este lunes, pero se ha pospuesto al jueves 20. Desde las empresas auxiliares creen que, "esta vez sí", la última fecha será la definitiva. Tampoco se podrá demorar muchos más días, tanto la entrega en sí como la salida de Vigo del barco, ya que la naviera ha iniciado la venta de los billetes; su primer viaje tendrá lugar el 3 de julio entre los puertos de Motril (Granada) al marroquí de Nador. Con la recepción del ferri por parte de la naviera -los tickets están a la venta en la web de Armas, no en la de Trasmediterránea- se pondrá fin a cien años de historia; fue Enrique Lorenzo quien, en 1919, alumbró lo que a día de hoy sigue siendo uno de los mayores astilleros privados del país. La de los cien años es una medalla de la que pueden hacer gala Construcciones Navales Paulino Freire (Freire Shipyard) o el astillero Cardama. Y seguirá un camino, con pérdida de capacidad del naval español, que antes tomaron MCíes, Factoría Naval de Marín, Astilleros de Sevilla, Factorías Juliana (exfilial de Vulcano), Unión Naval de Valencia, Astilleros de Huelva, Unión Naval de Barcelona y La Naval de Sestao.

Las auxiliares

Lo que queda por dirimir en la emblemática atarazana es la asunción de las pérdidas derivadas de esta última construcción, la C-548. El ferri tiene un valor de 60 millones de euros -se hizo en base al casco de un antiguo proyecto para Viking Lines en Sevilla-, pero el astillero había consumido el pasado octubre tanto el dinero adelantado en concepto de financiación como un anticipo adicional con cargo al hito de entrega. Y, en ese momento, las empresas auxiliares llevaban cinco meses sin cobrar sus facturas. Como consecuencia de los sobrecostes las subcontratas han tenido que asumir una quita del 25% sobre el importe de los trabajos ya realizados y por ejecutar a bordo. Las que retomaron los trabajos el pasado marzo ingresaron un 30% de dichas facturas durante la primera semana de abril, y percibirán el 45% restante cuando se entregue el buque; aquellas que ya habían concluido su tarea percibirán el 75% con el mismo hito, el de la recepción del ferri por parte de la naviera.

Fue un complejísimo acuerdo entre Armas, Banco Santander, Vulcano, Pymar, ICO, Xunta, auxiliares y plantilla del astillero el que permitió retomar la construcción, primero, y abordar el reparto de las pérdidas, después. Porque el Villa de Teror -bautizado así en honor a un municipio de la provincia de Las Palmas, en la isla de Gran Canaria- no dejará beneficios en prácticamente ninguno de los actores que han contribuido a darle forma.

El astillero ha entregado algunos de los buques de mayor complejidad técnica de los realizados en la Ría de Vigo, como los quimiqueros RN Arkhangelsk, RN Murmansk o el Vicuña. En el sector de hecho Vulcano ha mantenido ha merecido un gran prestigio; unidades como el Polar Duchess, Mar Adriana, Boa Deep C y la serie de megaarrastreros para Rusia -los pesqueros más grandes hechos nunca para ese país, algunos reutilizados por la matriz asiática de Hijos de Carlos Albo- llevan su nombre. Pero también ha protagonizado suspensiones de pagos (concursos de acreedores) con recurrencia; el 16 de marzo del año 2000 Vulcano solicitó el concurso con una deuda de 58 millones de euros, a la que se le aplicó una quita del 90%. Quebró de nuevo en enero de 2011, con una lista definitiva de acreedores que situó la deuda en 186 millones de euros (ordinarios y subordinados), a los que se les aplicó una quita del 80%. Esto es, una pérdida de cerca de 150 millones de euros. En suma, 202 millones en quitas en casi dos décadas.

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