Los diputados franceses adoptaron de forma definitiva la conocida como "ley de movilidades" que entre otras cosas establece la prohibición de vender coches con motores de combustión (gasolina o diésel) de aquí a 2040. Esa es una de las medidas estrella del dispositivo para la transición energética incluido en la norma, que se marca el objetivo de que Francia logre en 2050 la "neutralidad en carbono", es decir, que las emisiones de dióxido de carbono (CO2) sean compensadas por proyectos para disminuirlas.

En los cinco primeros meses del año, un 58,70 % de los coches nuevos vendidos en Francia fueron de gasolina y un 34,39 % diésel, los dos tipos que dejarán de comercializarse en 2040 como muy tarde. Los híbridos representaron un 4,98 % y los eléctricos un 1,76 %.El Ministerio de Transportes señaló que el texto legislativo fija un marco para que las administraciones locales puedan restringir la circulación a los vehículos menos contaminante y recordó que ya hay 23 de esas administraciones que han tomado ese tipo de medidas.