La Comisión Europea propuso formalmente ayer cerrar el procedimiento por déficit excesivo abierto a España hace una década después de que el desvío se situase en el 2,5% del PIB en 2018, pero con la advertencia de que podría desviarse del ajuste estructural que aún debe acometer este año y el próximo. Si los Estados miembros de la UE dan luz verde, España saldrá del proceso por el que Bruselas ha exigido desde 2009 importantes ajustes para situar por debajo del umbral del 3% del PIB el desvío presupuestario, que llegó a alcanzar el 11% en el punto álgido de la crisis.

Tras solicitar cuatro prórrogas -una con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y tres con el de Mariano Rajoy- y esquivar "in extremis" una multa en 2016 por no tomar medidas para reducir el déficit, España logró en 2018 dejar atrás la cota del 3%.

"Los esfuerzos hechos han dado frutos, a pesar de las dificultades que persisten, sobre todo, en términos de paro", declaró el comisario de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, tras felicitar a España.Con el déficit nominal encarrilado, Bruselas pondrá la lupa en el balance estructural -que no tiene en cuenta el ciclo económico-, donde España tiene que acometer un ajuste del 0,65% del PIB, unos 7.600 millones de euros, este año y el próximo.

España sale... e Italia podría entrar. La Comisión propuso también ayer un procedimiento de déficit excesivo a Italia por no haber reducido lo suficiente su deuda pública, que en 2018 llegó al 132,2% del Producto Interior Bruto.