La Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) reúne este mediodía a su comité ejecutivo. El orden del día es casi monotemático: "acuerdo sobre la situación del tesorero", un cargo que ostenta a día de hoy el también presidente de la Asociación Galega de Áridos (Arigal), Roberto Almuiña. "Estamos en una situación extraña". En la principal organización empresarial gallega se están firmando las nóminas y seguros sociales de los trabajadores, pero no así otras facturas. Las fuentes consultadas por FARO atribuyen esta circunstancia a dos hechos, distintos entre sí pero que van de la mano. "De manera reiterada -apuntan las mismas fuentes- se ha pedido la convocatoria de la Comisión Económica", a fin de analizar los presupuestos de 2019 o el cierre del pasado ejercicio. Pero no se ha citado. En segunda instancia, a la imputación a la CEG de gastos "demasiado elevados", entre ellos de desplazamientos, servicios de comunicación o cafés en un establecimiento próximo a la sede de la confederación. Algunas de estas facturas superan los 2.000 euros, según ha podido constatar este periódico.

"Las cuentas de 2018 están sin formular y sin informe de auditoría", aprecia otro miembro de la patronal. Ha sido la junta directiva -órgano en el que el actual portavoz, Antonio Fontenla, no tiene mayoría- la más beligerante a la hora de solicitar la convocatoria de la Comisión Económica. "Se han ignorado los acuerdos de la junta directiva". El propio Almuiña ha justificado en este hecho su decisión de no firmar órdenes de transferencias que no se correspondan con el pago de nóminas. "No hay presupuesto contra el que contrastar, hay gastos elevados en desplazamientos, y se está pagando conductor y coche a Fontenla. Parecen importes demasiado elevados", indica el mismo vocal, crítico con el patrón coruñés. En todo caso, la justificación que ha dado el presidente de Arigal se sustenta en la no convocatoria del órgano de control económico, no en los importes de las facturas no firmadas. De hecho "hay tesorería para asumirlas" sin ningún problema.

El rol del tesorero

Según los estatutos de la confederación empresarial -los primigenios, ya que la renovación fracasó el pasado febrero- el tesorero tiene como encomienda la labor de cuidar "la conservación de los fondos", mientras que el contador "intervendrá la documentación de cobros y pagos y supervisará la contabilidad". Se considera una figura de auxilio de la presidencia, que lleva vacía desde la dimisión de Antón Arias Díaz-Eimil, en enero del año pasado. Los mandos de la CEG están ahora en poder de la junta de vicepresidentes, configurada por los titulares de las patronales provinciales: Antonio Fontenla (A Coruña), Jorge Cebreiros (Pontevedra), Jaime López (secretario general de Lugo) y, de manera interina, Jose Manuel Díaz Barreiros (Ourense). Esta última patronal celebra elecciones este viernes para suceder al fallecido José Manuel Pérez Canal. Fontenla ejerce de portavoz por ser el de mayor edad, un cargo que varios vocales han reclamado para el representante de Pontevedra. "A mí esa portavocía, y lo limito a eso y durante un tiempo para buscar una solución, no me importa aceptarla", explicó Cebreiros en una entrevista concedida a FARO en febrero, cuando pidió a Fontenla que se echara a un lado. Ese paso atrás no se ha producido.

La patronal gallega celebrará las elecciones a la presidencia el 19 de septiembre. Lo hará, pues, más de año y medio después de la dimisión de su último mandatario, y un año más tarde de su última intentona; la última vez que quiso celebrar comicios, el julio de 2018, no cautivó a ningún aspirante al cargo.