Las estimaciones extraoficiales de los analistas y la rumorología interna apuntaban a que el anunciado Expediente de Regulación de Empleo (ERE) del Santander para completar la integración de la red y la plantilla del Popular-Pastor se movería entre 3.500 y 4.000 salidas. Y en la parte alta de la horquilla se queda la propuesta inicial del grupo, que ayer puso por fin cifras al ajuste que quiere acometer en buena parte ya este mismo año: un recorte de 3.713 puestos, el 11% del personal, y cerrar una de cada cuatro oficinas, 1.150. En la segunda reunión ayer para la negociación de la reestructuración con los sindicatos, el gigante financiero presidido por Ana Patricia Botín esbozó las razones que ya venía esgrimiendo para llevarla a cabo, como la creciente digitalización del servicio, el estrechamiento de los márgenes por los bajos tipos de interés y, sobre todo, la duplicidad de la red por la suma del Popular-Pastor, muy presente en Galicia. De ahí a que, a la espera de que el banco concrete el impacto por territorios en próximos encuentros, los representantes de los trabajadores insisten de nuevo en sus temores de que la comunidad será, sin duda, una de las más afectadas.

Del total de ceses, 2.874 son de la red comercial, 588 en estructuras intermedias que apoyan las delegaciones territoriales y 278 en servicios centrales, para los puestos pendientes de amortizar por la fusión tecnológica y que no pudieron entrar en el otro ERE de 1.100 trabajadores en diciembre de 2017. En cuanto a las sucursales, 929 son universales, con 200 adicionales de este tipo que pasarán a ser gestionadas por agentes independientes y el fin de todas las de banca privada del antiguo Popular (21), salvo la de Madrid. "Vamos a ver cuándo se vislumbra esa distribución territorial para tener claridad sobre qué colectivos está afectados", apunta Jorge Villarino, secretario xeral de la agrupación del sector financiero en CC OO-Servizos, que recuerda que en el primer encuentro entre ambas partes el Santander adelantó que las medidas serán voluntarias. ¿Cuáles? Tampoco se entró en eso, de momento. "Y es fundamental para marcar las negociaciones", subraya Villarino, en referencia al reciente acuerdo del ERE para 2.023 empleos en Caixabank del que CC OO se desvinculó porque la central considera que la posibilidad de traslados a 75 kilómetros "es, en el fondo, una medida forzosa".

"Son números brutales", afirma Beatriz Meilán, responsable de la sección sindical del sector financiero en UGT en Galicia. La comunidad suma entre Santander, Popular y Pastor más de 400 oficinas y unos 2.200 empleados, dada la enorme capilaridad del Pastor como de las redes heredadas por Santander de Banesto. "Es uno de nuestros temores desde el principio", reconoce Meilán.

La CIG preguntó directamente en el reunión si Galicia será, como parece, una de las zonas con mayor repercusión del recorte. "El banco nos emplazó a los detalles por territorios en próximas reuniones", explica Rosa Conde. El Santander reconoce que la proximidad de sucursales es uno de los criterios para pasar la tijera, pero no el único. "Nos han traslado que la rentabilidad será clave y que en algunos casos podrían convivir dos oficinas que estén cercanas", señala Conde, que insta a que el banco asuma "un crecimiento sostenible" porque "no se puede maximizar el rendimiento para los accionistas a costa básicamente de la plantilla, entre otras cosas porque eso tiene un recorrido limitado".