La planta de Alcoa en A Coruña recibió el pasado lunes la primera visita técnica de uno de los candidatos a comprar la factoría. Este hecho sitúa el proceso de venta en un segundo nivel, dado que hasta ahora no había pasado del acopio de información y el intercambio de ofertas.

Los trabajadores solicitaron reunirse con los interesados en adquirir la aluminera, una petición que no ha sido rechazada por la multinacional americana, aunque deberán esperar a que el proceso esté más avanzado.

Tres nombres propios figuran en cabeza de la lista de aspirantes: Liberty House Group, Aludium y Cunext. Solo la primera de ellas es un fondo de inversión. Tiene sede en Londres y desde hace meses adquiriere plantas industriales en Europa. Entre ellas la mayor aluminera del continente: Rio Tinto, Dunkerque (Francia).

Aludium es el grupo industrial que aglutina las tres fábricas que el fondo Atlas Holding compró a Alcoa en 2015: las de Amorebieta y Alicante y la francesa de Castelsarrasin. Todas son transformadoras de aluminio. Un año después, en 2016, la firma se interesó por la compra en bloque de San Cibrao, A Coruña y Alicante; un proceso en el que iba de la mano del Grupo Alibérico y que no llegó a fructificar.

Cunext es un grupo empresarial español dedicado desde sus inicios a la transformación del cobre y que se ha ido introduciendo en el mundo del aluminio. Tiene bases en Córdoba (de donde es originario el grupo), Madrid, Barcelona y Vitoria. También tenía una pequeña fábrica en Lugones (Siero), que cerró el pasado diciembre. Recolocó a la mayoría de la plantilla.

Además de los candidatos antes mencionados también ha trascendido el interés de los fondos Quantum y Sherpa y de los grupos industriales Cunext y BCT.

Varios de los proyectos de las firmas interesadas en comprar las factorías de Alcoa en A Coruña y Avilés incumplen las condiciones del acuerdo firmado en enero por la multinacional americana y los trabajadores. Fuentes cercanas a a la empresa aluminera señalan que algunos aspirantes no se comprometen a la subrogación total de las plantillas (en ambas plantas o por separado) o no presentan un plan de viabilidad industrial a largo plazo o incumplen ambas condiciones.

Además de los incumplimientos, algunos de los aspirantes han señalado que el precio de la energía en España y la incertidumbre sobre el Estatuto de la Industria Electrointensiva juegan en contra de la venta. Precisamente éste ha sido el principal argumento de Alcoa para justificar el cierre.

La multinacional americana niega estar intentando incumplir los acuerdos alcanzados sobre la venta. En este sentido, desde Alcoa afirman que siempre han estado dispuestos y abiertos "a valorar ofertas sólidas y viables de las partes en el marco del pacto" sellado con los empleados. Los trabajadores insisten en que la empresa debe poner un precio razonable a la venta, algo que Alcoa asegura estar haciendo. La firma asegura no solo no ganará dinero en este proceso, sino que estima que deshacerse de las factorías de A Coruña y Avilés le costará entre 70 y 125 millones de dólares.

La multinacional y sus empleados coinciden en señalar que el precio de la electricidad para las grandes empresas en España constituye "el principal escollo" para vender. De hecho, el comité de empresa de Alcoa junto a las principales compañías gallegas de gran consumo han convocado una movilización el 20 de mayo en Santiago para reclamar una tarifa eléctrica competitiva.