Además de las famosas primas a las fuentes limpias por su contribución a la lucha contra el cambio climático y compensar de paso los elevados costes de las instalaciones, la reforma energética impulsada por el exministro José Manuel Soria se llevó por delante la necesaria seguridad con la que los promotores acuden a los mercados y a los bancos, ya enclenques por la crisis, a pedir financiación. La inmensa mayoría de los proyectos se paralizaron. Tuvieron que pasar cuatro años de sequía inversora y aparecer en escena una pequeña subasta y dos macropujas más de nueva potencia para que el sector despertase del letargo. Ahora están pendientes de construcción y conectarse a la red más de 8.000 megavatios (MW) de eólica, fotovoltaica y biomasa, gracias también a que el grifo del crédito se volvió a abrir y las entidades financieras lo ven como un negocio de futuro. Abanca se suma al bum. Acumula ya 560 millones de euros en fondos para proyectos renovables y está presente en alguna de las principales operaciones firmadas el pasado año en España.
De ese total de inversión, algo más del 43% es para instalaciones solares: 232 millones de euros en proyectos en el país y 12 millones más en instalaciones fuera, según recoge la memoria corporativa de 2018 que acaba de publicar. Otros 211 millones -183 de inversión nacional y 28 millones en internacional- están en eólica. Hay 100 millones para minicentrales hidráulicas; 3 millones para cogeneración; y dos millones para biomasa.
Junto con la financiación convencional, Abanca participa en tres de las sociedades de Norvento, la principal compañía energética de capital gallego, para el negocio del viento. En cada una de ellas la entidad presidida por Juan Carlos Escotet controla el 20% del capital. Son dos viejos conocidos. El banco fue un accionista histórico de la firma de los hermanos Pablo y Marta Fernández Castro.
"Como materialización del compromiso con el medio ambiente en su cartera de productos, nuestra entidad ha cerrado en 2018 su participación en dos importantes proyectos de financiación verde", explica Abanca en la memoria. Uno es el "préstamo sostenible" de 240 millones para Galletas Siro -fabricante de alimentos derivados del cereal e interproveedor de Mercadona-, que se compromete a renovar la certificación de "cero residuos" a vertederos de todas sus plantas, una reducción de azúcar en sus productos y a mantener en plantilla a, al menos, un 10% de empleados con discapacidad durante los cinco años que dura el crédito. El otro, el préstamo conjunto de varias entidades por 42 millones para Forestalia, la gran vencedora de los repartos de potencia del Gobierno, y su central de biomasa en Cubillos del Sil (León).
Para autónomos y pymes, Abanca firmó con la Asociación Nacional de Productores de Energía Fotovoltaica (Anpier) un acuerdo de colaboración que recoge préstamos personales para instalación de paneles fotovoltaicos por un importe de hasta 200.000 euros y 10 años de amortización.
