La plantilla gallega de Ferroatlántica celebra el incremento de ayudas compensatorias por costes de emisiones indirectas de CO2 comprometido por el Gobierno socialista, en funciones. La inyección de 200 millones de euros (hasta la semana pasada estaban previstos 91) para abaratar los costes energéticos de las empresas electrointensivas -las que más electricidad necesitan para producir- puede servir, al menos de momento, para evitar los despidos temporales en las fábricas de ferroaleaciones de Sabón (Arteixo) y de Cee-Dumbría. El expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) firmado en febrero para Ferroatlántica en toda España está sin aplicar y el comité de empresa de la planta coruñesa espera que se mantenga así al menos hasta la próxima subasta de primas eléctricas, prevista para el mes de junio.

La firma propiedad del Grupo Villar Mir atribuye el ERTE al problema energético. El aviso de un ajuste de plantilla llegó a los trabajadores gallegos de Ferroatlántica el pasado diciembre, tras el batacazo de la última subasta de interrumpibilidad. Este sistema de distribución de primas articulado por el Gobierno para moderar el recibo de la luz de las fábricas que más energía necesitan para producir redujo un 40% los precios de los incentivos para el primer semestre de este año. A partir de ese momento, la compañía decidió parar parte de los hornos tanto en el centro de Sabón como en el de A Costa da Morte.