El BBVA obtuvo un beneficio neto de 1.164 millones de euros entre enero y marzo de 2019, un 9,8% menos que los 1.290 millones logrados un año antes, debido, en parte, a que tuvo que hacer más saneamientos en Turquía y en EEUU y a las mayores provisiones dotadas por el deterioro económico global. Los préstamos a la clientela crecieron un 3% y se situaron en 393.321 millones de euros, con un ratio de morosidad del 3,9% frente al 4,4% de un año antes, en tanto que los depósitos sumaron 378.527 millones de euros, un 5,1% más que en el mismo periodo de 2018.