Los sindicatos de los conductores de materias peligrosas de Portugal y la patronal llegaron a un acuerdo durante la madrugada de este jueves para poner fin a la huelga de los combustibles, que ha dejado desabastecidas a numerosas gasolineras del país, en especial en el norte. Según informa el diario luso Público, el pacto no se traduce en una solución inmediata, sino en un acuerdo para garantizar el fin de los paros. La primera reunión de negociación será el 29 de abril.

Durante "toda la madrugada" hubo negociaciones entre el Gobierno, la Asociación Nacional de Transportes Públicos de Mercancías y el Sindicato Nacional de los Conductores de Materias Peligrosas. Hasta las 3 de la madrugada, empresarios y sindicatos estuvieron reunidos en el Ministerio de Trabajo.

Después de este encuentro comenzó otra reunión, esta vez encabezada por el ministro Pedro Nuno Santos, y durante la cual el Ejecutivo sirvió de mediador entre las partes. El encuentro terminó cerca de las 7, con un acuerdo de paz, al menos temporal.

Al inicio de la mañana, el ministro de Infraestructuras, Pedro Nuno Santos, elogió el papel de las autoridades en la garantía del orden y seguridad del país. En cuanto a los resultados que saldrán de la negociación, el gobernante hizo saber que "el Estado usará todos los mecanismos a su disposición para que la ley sea cumplida". "Nadie está por encima de la ley", agregó el ministro.

Nuno Santos, anunció en una declaración a la prensa en Lisboa que la normalización "será gradual", después del acuerdo alcanzado entre el sindicato y la patronal Asociación Nacional de Transportadores Viales de Mercancías (Antram). "La huelga acabó, no hay ningún obstáculo a que la normalidad vuelva", aseguró el ministro, que recordó que no será "inmediato" porque hay gasolineras que están completamente sin combustible.

El acuerdo alcanzado a primera hora de este jueves pone fin a una huelga que llevó al Gobierno portugués a declarar la situación de alerta por crisis energética y movilizar a militares y a las fuerzas de seguridad para asegurar el transporte de combustible. La paralización afectó a conductores, aeropuertos, taxistas e incluso autobuses de transporte público, que durante el miércoles tuvieron que cancelar líneas ante la falta de carburante.

Las gasolineras fueron escenario de colas de varias horas durante dos días, en las que los conductores se lanzaron a repostar ante la incertidumbre de cuánto podría durar la huelga, que afectó al arranque de las vacaciones de Semana Santa. Alrededor del mediodía del miércoles, más de 2.700 del total de 3.068 estaciones disponibles presentaban falta de gasóleo, gasolina o ambos.