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El reparto más disputado desde su independencia

La industria pesquera gallega, en vilo por el futuro de más de 40 barcos en Namibia

El ministro Esau avanza la inminente asignación de cuotas: "Se están preparando para ser presentadas"

Esau, tercero por la derecha, la semana pasada en la construcción de una planta pesquera. // Ohlthaver

El Atlántico sudoriental ha sido, desde los años sesenta, la gran despensa para la flota gallega de gran altura. La necesidad -entre Vigo y Walvis Bay median más de 4.700 millas náuticas- propició el estreno de los buques factoría españoles, incluso con la reconversión de antiguos trasatlánticos como el Habana. También la irrupción de los pesqueros congeladores, que supusieron la mayor disrupción en la historia del sector. Solo la actividad conjunta de los barcos de capital gallego en los caladeros de Argentina y Malvinas supera la de las aguas de Namibia y Sudáfrica, de donde Galicia importa al año casi 70.000 toneladas de pescado. El reto pasa por retener ese músculo, y no será sencillo. El Gobierno presidido por Hage Geingob está a punto de presentar el megareparto de cuotas pesqueras: "El reparto está listo, lo estamos preparando para ser presentado", anticipó esta semana el ministro de Pesca, Bernhardt Esau. Son más de cuarenta los pesqueros de capital gallego pendientes de la resolución, de la que también depende la construcción de al menos tres buques de arrastre más en los astilleros de la ría de Vigo y Pontevedra.

La última gran asignación de posibilidades de pesca de merluza, de 2003/2004, concedió a las empresas mixtas participadas por pesqueras gallegas un periodo de tranquilidad de 15 años, en la mayor parte de los casos. Así sucedió con los derechos de Cadilu Fishing (exfilial de Vieirasa, ahora de Iberconsa), Overberg Fishing Company (también de Iberconsa), Novanam (Nueva Pescanova) o Hatutungu Fishing ( joint venture participada por Blue Sea, con Grupo Pereira). En ese momento, y solo para esta especie, se repartieron más de 172.000 toneladas, entre pesca fresca y congelada. Buques con sello gallego como Campa del Infanzón, Merlus One, Pemba Bay, Echalar (ahora Umzabalazo), Ribadavia o Torra Bay entraron en esa terna; ahora quieren repetir. El problema es la enorme afluencia de interesados: se darán unos 120 permisos, para los que se han presentado 5.193 ofertas al Gobierno. No ha trascendido la identidad de los postores, pero sí que las firmas gallegas pretenden revalidar su hegemonía en el caladero.

Inversiones

El consejero delegado de Iberconsa, Alberto Freire, ya expuso a FARO que, "con las importantes inversiones que hemos realizado y el empleo que sostenemos, entendemos que no debemos estar preocupados". El movimiento para asegurarse un pellizco ha sido intenso incluso en las últimas semanas. Hangana Seafood, filial del grupo Ohlthaver & List, celebró el pasado lunes el inicio de la construcción de una planta de procesado pesquero de casi 21.000 toneladas anuales de capacidad productiva por importe de 300 millones de dólares namibios (19 millones de euros, al cambio actual). La propia Iberconsa ya realizó inversiones de 6,5 millones en el último lustro con, entre otras, la instalación de líneas IQF ( Individual Quick Freezing) para mejorar el procesado de la materia prima. Los tres fresqueros que Nueva Pescanova construirá en Armón Vigo conllevarán un desembolso de 30 millones. En suma, según los datos recopilados por este periódico, la inversión gallega en el país ha rozado los 50 millones en los últimos tres ejercicios, con renovación de flota y mejora de la capacidad productiva en tierra.

De acuerdo a los datos recopilados por FARO la flota de capital gallego que opera en Namibia supera las 35.000 CGT, con una capacidad que promedia las 900 toneladas de arqueo bruto y una media de más de 50 metros de eslora. Es una flota sumamente heterogénea: el Nomzamo de Iberconsa (antes Pescaberbés Dos, reformado en Vigo con una inversión de 7,5 millones) tiene 72 metros de eslora y más de 1.600 CGT, con una dimensión similar al Mar del Cabo (Nueva Pescanova) o el Merlus One (Mascato). De otro lado están fresqueros como el Kativo (Pereira), Jonas (Marfrío) o Khorixas (Pescanova), con entre 30 y 50 metros de eslora, que surten con mayor periodicidad a las factorías de Walvis Bay o Lüderitz. El Gobierno local pretende que, para 2022, el 70% de las capturas sean procesadas en tierra antes de su exportación, lo que dará mayor relevancia a los fresqueros frente a los arrastreros congeladores.

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