La dirección de Maderas Iglesias firmó ayer en Vigo con los representantes de los trabajadores el décimo Expediente de Regulación de Empleo (ERE) en los últimos ocho años, con el que esta vez despedirá a 44 empleados, algo más de un 20% de su cuadro de personal. El acuerdo cristalizó con la mediación del Consello Galego de Relacións Laborais. Con esta medida la compañía dirigida por Juan Ramón Iglesias, que llegó a ser la mayor fabricante de tarima flotante de España con más de 600 personas en plantilla, se quedará con poco más de 150 nóminas a pagar. El objetivo de la propiedad era de reducir personal en hasta 60 personas, aunque finalmente los sindicatos sí lograron rebajar esa cifra. Las extinciones se harán efectivas entre el 6 de mayo y el 5 de agosto, según el documento al que tuvo acceso este periódico.

En cuanto a las indemnizaciones, ambas partes han acordado un finiquito de veinte días por año trabajado con un tope de doce mensualidades, el mínimo contemplado por la ley en caso de un despido procedente. "La empresa abonará una indemnización equivalente a 20 días de salario por año trabajado con tope máximo de doce mensualidades. En el momento del cese los trabajadores percibirán una cantidad económica que incluirá el salario mensual más las cantidades adeudadas en concepto de pagas extraordinarias", reza el documento. Eso sí, en cuanto al pago de la indemnización "y cantidades no abonadas en el momento efectivo de la extinción" los trabajadores percibirán este importe de manera diferida y en 24 mensualidades.

Readmisión

El texto incluye además el compromiso de la empresa de contar con estos 44 trabajadores -solo 11 de ellos son hombres- si existiesen futuras necesidades de producción. "La empresa se compromete, en caso de necesidad de efectuar nuevas contrataciones, a contratar a los trabajadores afectados por el presente expediente de regulación de empleo a través de una empresa de trabajo temporal u otras formas de contratación legalmente posibles". El firmado ayer es un ERE voluntario, al que este martes -antes de la firma- se habían apuntado ya 40 trabajadores. El problema es que, de esas bajas voluntarias, figuraban 12 de los 15 trabajadores del departamento de administración. "Si causan baja supone el cierre de la empresa", resumió a FARO el secretario general de la federación comarcal de Industria de UGT-Vigo, Rubén Pérez.

La actividad actual en Maderas Iglesias es baja, con pequeños pedidos y muestras. Tampoco asoman nuevas noticias de inversores que puedan revertir la situación. El pasado verano los acreedores rechazaron la oferta de un fondo buitre por el grupo; ofrecían poco más de dos millones de euros. El británico Bank & Clients actuó en la operación para la reestructuración de la deuda, de unos 50 millones de euros. En paralelo a estas negociaciones Maderas Iglesias había planteado un ERE extintivo para 80 trabajadores se quedó en 34 con el fin de rebajar sus costes y allanar su venta. Desde enero toda la plantilla está sometida además a un ERE suspensivo de un año.