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El incierto futuro de la SA

"Vieja Pescanova" se consagra como valor especulativo en Bolsa al cambiar de dueño cada tres meses

-Se han intercambiado ya desde enero acciones que equivalen al 115% del capital social -La antigua matriz ha perdido todos los pleitos con la pesquera y solo vive de un subsidio

Una junta general de accionistas de Pescanova. // Cristina Graña

Pescanova Sociedad Anónima (o vieja Pescanova) fue, durante 55 años, la matriz de la mayor multinacional pesquera de España y uno de los actores de referencia en la industria mundial. Desde que la banca acreedora asumió la responsabilidad de reflotar la compañía todo el negocio se traspasó a una firma de nueva creación, Nueva Pescanova SL. Desde ese momento -diciembre de 2015-, la vieja matriz se convirtió en una sociedad de cartera y, a día de hoy, posee apenas el 1,65% de la pesquera. Aunque sus actuales directivos habían avanzado su intención de liderar un nuevo negocio relacionado con la pesca, la SA no tiene expectativas probables de acometer ese objetivo y solo es capaz de mantener su estructura a cargo de un subsidio anual de 255.000 euros. Aún así, la compañía no solo se ha mantenido en Bolsa, sino que se ha convertido en un valor altamente especulativo; prácticamente cambia de manos cada tres meses.

Vieja Pescanova tiene algo más de 28,7 millones de acciones en circulación. Un paquete significativo, equivalente al 23,7% del capital social, está en manos tanto de exconsejeros (Manuel Fernández de Sousa, Alfonso Paz-Andrade y José Antonio Pérez-Nievas, los tres investigados en el caso Pescanova, instruido por la Audiencia Nacional) como de fondos atrapados en la presunta estafa articulada en las ampliaciones de capital de 2012 y las emisiones previas de bonos (Silicon Metals Holding y Luxempart). Pero desde el pasado 2 de enero, por ejemplo, los inversores intercambiaron casi 33,2 millones de títulos, que equivalen a más del 115% del accionariado. En suma, Pescanova SA movió desde el arranque del año algo más de dos millones de euros, el valor que curiosamente otorga a su participación en la multinacional que preside Jacobo González-Robatto. La compañía ha experimentado jornadas de elevadísima actividad, casi siempre coincidentes con noticias de su participada. Los tres días posteriores a la presentación de resultados anuales de Nueva Pescanova se intercambiaron 10,46 millones de títulos, más de veinte veces la actividad promedio de este valor, que cotiza en el Mercado Continuo.

Sin visos de reparto de dividendo de Nueva Pescanova hasta que se amortice el polémico crédito adicional subordinado de 300 millones de euros, no antes de 2040, los únicos ingresos que ha tenido la vieja matriz han sido de la pesquera. Ésta contrajo la obligación de abonarle 255.000 euros anuales, actualizados con el IPC, para "gastos generales de funcionamiento"; el consejo de la Sociedad Anónima, que en 2016 había renunciado a cobrar ante los exiguos ingresos de la compañía, se repartió 212.000 euros el año pasado. Nueva Pescanova perdió el pleito con el que pretendía dejar de realizar esta transferencia, así como la de sufragar durante cuatro años (hasta el próximo diciembre) gastos administrativos y fiscales de su predecesora en el negocio, hasta un tope de 200.000 euros al año. Pero sí venció las demandas con las que Pescanova SA pretendía recuperar el 20% del capital, o con el que pretendía revertir una operación con la que la quita a la banca se había rebajado en 300 millones -que derivó en ese crédito subordinado- y que permitió salvar las filiales españolas. Vieja Pescanova, aún así, es carne de operaciones en renta variable.

Con los datos de 2017 -Pescanova SA elaboró sus cuentas sin disponer de las de su única participada-, la compañía ha otorgado a su 1,65% de la multinacional un valor de 2,037 millones de euros, aunque su capitalización bursátil supera los 15 millones. Si se extrapola el cálculo de la antigua matriz, Nueva Pescanova tendría un valor inferior a los 124 millones de euros; la transacción del 100% de Grupo Iberconsa superó los 500 millones de euros, y la de Hijos de Carlos Albo alcanzó los 61 millones. Si se toman como referencia los datos del mercado bursátil, y por tanto la capitalización, la multinacional pesquera superaría los 900 millones de valor de mercado. Si hoy se realizase esa operación de venta de Nueva Pescanova, y con la misma ratio que la aplicada entre Portobello Capital y Platinum Equity (en Iberconsa), ésta rondaría los 600 millones.

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