La dirección de Caixabank aceptó ayer renunciar a las salidas forzosas de trabajadores para cubrir las 2.157 bajas que prevé llevar a cabo para reestructurar la plantilla, con la condición de que los sindicatos asuman el resto de cuestiones que están sobre la mesa de negociación, como la ampliación de la movilidad de los empleados a escala provincial o la extensión del modelo de oficinas store, según confirmaron tanto los sindicatos como la propia entidad.

Pese a valorar este paso, CCOO, con mayoría en el comité, subrayó que es "insuficiente" para llegar a un acuerdo, por lo que insta al banco a renunciar también a la movilidad forzosa. La dirección de Caixabank, según el sindicato, mantiene sus propuestas de ampliar las oficinas store, eliminar las subdirecciones y prolongar hasta los 36 meses el tiempo requerido para consolidar un cargo.

El ERE en Galicia afectaría a unos 65 empleados, el 8,1% de la plantilla en la región, donde se cerrarán 34 de las 190 oficinas.