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La industria encara el relevo de 25.000 gallegos en la antesala de la jubilación

El 17% de los empleados se jubilará durante la próxima década ► Automoción y naval urgen planes de formación "flexibles" a los cambios ► Asime: "No estamos llegando"

Simón Espinosa

La necesidad de trabajadores cualificados ha llegado al naval ruso, enfrascado en un proceso de renovación de flota pesquera auspiciado por el Kremlin. La United Shipbuilding Corporation (USC, conglomerado de astilleros de titularidad pública) ofrece un salario de hasta 65.000 rublos para cubrir vacantes en San Petersburgo; no pide experiencia aunque demande personal capaz de montar válvulas y tuberías para un rompehielos. Y hasta 100.000 rublos (1.365 euros, al cambio actual) pagaba en noviembre Litana por un especialista en estructuras metálicas; es tres veces el salario medio en la antigua república soviética. "Es una carencia que, en general, se está notando en Europa desde hace años", constata el gerente de la Asociación Clúster del Naval Gallego (Aclunaga), Óscar Gómez.

Y es una situación que trasciende al naval: durante los próximos diez años se jubilará más del 17% de la mano de obra de la industria manufacturera de Galicia. En total son 24.900 los operarios que tienen ya más de 55 años, para los que, en algunas actividades, no existe reemplazo a día de hoy. De hecho la pirámide de edad entre los ocupados en la industria se ha invertido drásticamente desde el inicio de la crisis. Si en 2009 más de tres de cada diez trabajadores tenía menos de 35 años, hoy esa proporción apenas equivale al 20%.

"La industria gallega necesita impulsar la formación de técnicos y operarios cualificados necesarios para cubrir los proyectos a desarrollar. No estamos llegando. Lo hemos destacado desde hace más de tres años, podríamos tener más actividad en el sector si proveyésemos de técnicos a las empresas", lamenta el secretario general de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia (Asime), Enrique Mallón. Según sus cálculos, solo en el metal será necesario reemplazar unos 10.000 trabajadores que están en la antesala de su jubilación.

Coincide este escenario con un repunte de las principales palancas industriales, sobre todo las asentadas en la provincia de Pontevedra. A saber, solo la automoción creó 1.500 puestos de trabajo en 2018, en paralelo al lanzamiento por parte de PSA Vigo de los nuevos modelos de furgonetas (K9) y el inicio del proyecto V20 (el futuro todocamino Peugeot), además del músculo exhibido por la industria de componentes. El naval, con una treintena de pedidos en cartera, volvió a niveles de actividad previos al desastre del tax lease, y la piedra natural batió récord de exportaciones con más de 800.000 toneladas comercializadas. Las empresas alimentarias, por su parte, esquivaron los problemas derivados de la cada vez más compleja cadena de aprovisionamiento, con otro hito histórico de facturación. La cuestión es cómo mantener toda esta dinámica con menos gente.

Cambio constante

"Para el sector de automoción de Galicia es imprescindible generar empleo de calidad y capacitado para adaptar las competencias de las empresas a las necesidades cambiantes de la tecnología y del mercado", aprecian desde el Clúster de Empresas de Automocion de Galicia (Ceaga), que preside Juan Lloves. Y, aunque aprecian el "gran esfuerzo" de universidades, centros de FP y otras entidades formativas, exponen que "es difícil seguir el ritmo vertiginoso con el que avanza el sector, por lo que se producen brechas". "En el entorno de Vigo, por ejemplo, hay una gran oferta orientada a la industria y al sector", continúan desde Ceaga, y que no obstante advierten que "las características de la automoción gallega obligan a no acomodarse y a seguir mejorando para no retroceder". Según los cálculos de Asime, solo este sector afronta la jubilación de 3.500 operarios durante los próximos diez años.

El planteamiento en el que coinciden las fuentes consultadas es el mismo: la formación debe adaptarse a las necesidades de las empresas, y ser lo suficientemente flexible como para asumir cambios disruptivos en el modelo productivo. En Aclunaga, por ejemplo, se quejan de la "poca flexibilidad" de la educación pública. "Los programas formativos de la universidad, salvo los específicos de ingeniería naval, no hacen ninguna mención o tema relativo a nuestro sector, y lo mismo sucede en la mayor parte de los ciclos formativos". Esta es la razón por la que, tanto desde el clúster del naval, de la automoción y la propia Asime han redoblado la colaboración con las administraciones, para que sí exista un itinerario formativo acorde a sus necesidades y para anticiparse a la carencia de mano de obra. "La próxima semana -anticipan desde Aclunaga- se diseñarán nuevos planes adaptados a los tiempos del naval gallego, aspecto en el que está trabajando la Consellería de Economía e Industria. La industria de construcción naval y auxiliares cifran el relevo generacional en un 10% de su plantilla actual, de más de 14.000 personas, para los próximos años.

En Hijos de J. Barreras -cuenta con cuatro pedidos en cartera- trabajan a día de hoy unas 800 personas, por otras 600 de Nodosa Shipyard. La carga de trabajo se ha multiplicado también en Construcciones Navales Paulino Freire (Freire Shipyard), con cinco buques en cartera, así como en Armón Vigo (siete pedidos) o Metalships & Docks. Incluso en Vulcano, que ha logrado reactivar la construcción del ferri Villa de Teror. Para Enrique Mallón es el naval el que más problemas tendrá para encontrar personal cualificado, tanto para satisfacer la actual carga de trabajo como para reemplazar a los operarios que se van a jubilar. Y eso que las retribuciones medias en la industria son hasta un 20% más elevadas que las del conjunto de los asalariados; desde el inicio de la crisis las nóminas en las empresas industriales se revalorizaron cinco veces más que el promedio. "Necesitamos mano de obra cualificada en ámbitos como la soldadura, la calderería, la robótica o el diseño, y en ocasiones cuesta encontrarla en la oferta de formación profesional y ocupacional de nuestro entorno, donde las cifras de alumnado tienden a la baja. Esto explica en parte que algunos puestos de trabajo se cubran con personas venidas del exterior", agrega Gómez.

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