Su comparecencia era uno de los platos fuertes del juicio contra la anterior cúpula de Bankia por la salida a Bolsa. Francisco González, ex todopoderoso líder de BBVA, dio la campanada en varios de los hitos de la reestructuración financiera con su negativa a participar en el salto al parqué de la entidad creada a partir de la fusión de Caja Madrid, Bancaja y otras cinco más pequeñas y después en el capital de la Sareb. Por si había poco interés en escucharle, su paso ayer por la Audiencia Nacional fue la primera ocasión en la que se le veía públicamente tras su dimisión de la presidencia de honor por el estallido del escándalo de las supuestas escuchas encargadas desde el BBVA al comisario Villarejo para espiar a políticos y empresarios. De eso no habló. "Señoritas, hoy venimos a otra cosa", dijo al llegar, en respuesta a las preguntas de un grupo de periodistas. De lo otro, ya dentro en su declaración como testigo, no escatimó en detalles. "Yo quise parar la salida a Bolsa porque pensaba que no valía nada o valía poco, al no haber un gran inversor institucional extranjero", justificó, tras admitir que, efectivamente, como el propio Rodrigo Rato aseguró al tribunal, le pidió que abandonase el timón de Bankia.

Fue en una de esas "famosas cenas" entre los máximos responsables de los principales bancos españoles, un secreto a voces en el sector, para compartir sus inquietudes sobre la economía y la todavía incipiente crisis. Bankia estaba sobre la mesa porque, según González, "era el tema que preocupaba a todo el mundo". Las estimaciones de recapitalización de BBVA se situaban entre los 15.000 y 20.000 millones de euros, muy por encima de los 7.000 millones que quería Rato.

"Personalmente le dije que lo mejor era que dimitiera porque no iba a conseguirlo", explicó. También Botín, apuntó Francisco González, pensaba lo mismo y lo dijo. "El ministro -añadió, en referencia a Luis de Guindos, entonces responsable de Economía- asintió". El más dubitativo fue Isidro Fainé, en aquel momento presidente de La Caixa.

"La entidad natural que debe decir estas cosas es el Banco de España, pero no estaba en esa reunión. Cada uno que haga ya su juicio de valor", dijo González, que criticó con dureza al supervisor durante la etapa de Miguel Ángel Fernández Ordóñez como gobernador, y al Gobierno socialista presidido por José Luis Rodríguez Zapatero por "ganar tiempo" juntando "cajas malas con cajas malas para sacar cajas peores" para dar la sensación de que todo iba bien". "Y todo no iba bien", insistió.

El estreno de cotización de Bankia "fue impulsado", según González, por el Gobierno. El entonces subgobernador, Javier Aríztegui, llamó al también en aquel momento consejero delegado de BBVA, Ángel Cano, para que participara en la colocación. "Fuimos implacables y dijimos no. No podemos entrar en una salida a Bolsa de tal magnitud en la que inversores institucionales extranjeros no están", afirmó. "Desgraciadamente -continúo-, no nos hicieron caso". Aún así, Francisco González, descarta la existencia de dolo en la operación. "No lo creo, fue un conjunto de circunstancias propiciadas por la política para salvar España", resumió.