El expresidente del BBVA, Francisco González, ha criticado este miércoles en el juicio por la salida a Bolsa de Bankia que el Banco de España pretendiera "ganar tiempo" al impulsar fusiones como la que dio origen al grupo BFA, con las que se pretendía "crear la sensación de que todo iba bien, y todo no iba bien". En su declaración como testigo, González ha reconocido el carácter anormal de las cenas que mantuvo en la primavera de 2012 con el entonces ministro de Economía Luis de Guindos, el presidente de Bankia, Rodrigo Rato y sus homólogos en Santander, Emilio Botín, y CaixaBank, Isidro Fainé, en las que entiende que si no participó el Banco de España "fue porque no quiso afrontar el problema".

En este sentido, ha insistido en que la crisis de Bankia "es una historia de tiempo, no de un día", que se originó en 2008, con el estallido de la crisis económica mundial, en sus dos principales cajas, Caja Madrid y Bancaja, circunstancia que puso al nuevo grupo surgido tras la integración en una situación "súper complicada".

En su opinión, fue un "proceso de deterioro continuo" que "desde 2009 y 2010" manifestó personalmente en todo momento a la cúpula del Banco de España, entonces liderada por Miguel Ángel Fernández Ordóñez, a la que incidió en que "había que hacer algo". Sobre el deterioro de los mercados en 2012, González ha relatado que había una "opinión general de que hacía falta capital", hecho que se discutió en las "famosas cenas que convoca el señor De Guindos", en las que se habla de que Bankia necesitaba entre 15.000 y 20.000 millones.

"La entidad natural que debe decir estas cosas es el Banco de España. Pero no estaba en esa reunión y cada uno que haga ya su juicio de valor", ha concluido el expresidente de BBVA.

Rato

Además, ha asegurado que, en una cena convocada en mayo de 2012 por el entonces ministro de Economía Luis de Guindos y a la que acudieron los presidentes del Santander y CaixaBank, él personalmente dijo que lo mejor era que Rodrigo Rato presentara su dimisión como presidente de Bankia.