Si Galicia está entre los territorios con peores salarios es lógico que se cuele también en el grupo de las pensiones más bajas. En penúltimo lugar, exactamente, solo por detrás de Extremadura. Y eso no cambia ni con las recientes medidas del Gobierno para asegurar la revalorización. El importe medio en la comunidad se sitúa en 836,28 euros. Ahí se mezclan todo tipo de prestaciones, las antiguas y las que van incorporándose al sistema, con una brecha cada vez más importante y que explica, junto con la precariedad del mercado laboral, la delicadísima coyuntura que vive ahora mismo la Seguridad Social. Los nuevos jubilados en Galicia este año están cobrando cerca de 1.300 euros, un máximo histórico, frente a los alrededor de 850 euros que recibían los perceptores que van muriendo. La brecha entre los importes de las altas y de las bajas en el sistema supera el 50%, con más de 400 euros de diferencia.

En los meses de enero y febrero se alcanzaron cuantías en las nuevas pensiones: 1.290,41 y 1.261,33 euros, con incrementos, respectivamente, del 3,9% y del 7,7%, en comparación con los mismos meses de 2018, según los datos de la Seguridad Social recopilados por el Instituto Galego de Estatística (IGE). En el caso de febrero, el alza está condicionada, según matizó el Ministerio de Trabajo, por la prejubilación a los 59 años y sin penalización para los policías locales. En el conjunto del Estado el ascenso fue incluso superior, del 11%.

Las prestaciones de viudedad incorporadas al sistema este año alcanzan, de media, los 632,45 euros, un 7,4% más que el pasado ejercicio. Aunque la brecha con las que se dejan de pagar es mucho menor, del 22%. La diferencia entre las pensiones a favor de familiares supera ligeramente el 7%, hasta los 429,86 euros, mientras que las altas de orfandad (364,75 euros) se recortan cerca de un 15% respecto a las que se dan de baja; y un 16% las de incapacidad permanente (843,37 euros).

A 1 de marzo se abonaron en Galicia un total de 764.756 pensiones tras un incremento anual del 0,5%. Es menos de la mitad de lo que subió el número de prestaciones en el conjunto del Estado, un 1,3%, hasta los 9,7 millones de prestaciones. Podrían sorprender, dado el envejecimiento sin tregua de la población en Galicia. Pero no. El invierno demográfico llega a tal nivel que hasta hay más fallecimientos. De ahí que Lugo y Ourense, dos de las provincias más afectadas por la falta de relevo generacional, acumulen un descenso de las prestaciones en vigor del 0,4% y el 0,3%. Algo que sucede también en la otra provincia que lidera la pérdida de población en España, Zamora, con un 0,5% menos.

Con subidas más moderadas en cuantía y número, Galicia aguanta entre las regiones donde menos aumenta el gasto total en prestaciones. Entre enero y febrero, según los datos provisionales de la Seguridad Social, fueron 1.175 millones de euros, un 6,1% más que en los dos primeros meses de 2018. El cómputo estatal fue del 6,8%, con Canarias (8,1%), Madrid (7,5%) y Navarra (7,4%) a la cabeza.