Las centrales nucleares españolas emprenden el camino hacia el cierre total, fijado para 2035, cinco años más tarde del horizonte previsto para las térmicas de carbón. Aunque Almaraz, Vandellós II y Ascó II solicitarán prorrogar sus permisos, para la primera de esas plantas los que obtenga esta vez serán los últimos.

El pasado viernes Iberdrola, Endesa y Naturgy, que comparten la propiedad de Almaraz, llegaron a un acuerdo para pedir la renovación de la licencia de explotación de los dos grupos de la planta por un nuevo periodo (7,4 años para el grupo I y 8,2 años para el II). Esta vigencia de las nuevas licencias de explotación son las máximas que puede pedir, de acuerdo con el protocolo que ha firmado la Empresa Nacional de Residuos Nucleares (Enresa) con las cuatro eléctricas que tienen participaciones en centrales nucleares españolas (Iberdrola, Endesa, Naturgy y EDP).

Almaraz dejará de producir electricidad en 2028 y será la primera en sumarse al grupo de centrales españolas que ya han cerrado: el grupo I de Vandellós, que lo hizo en 1990 tras sufrir un incendio, Zorita y Garoña.

Almaraz deberá solicitar el nuevo permiso antes del próximo 31 de marzo, al igual que Vandellós II. Para esta última central se solicitará uno con el que podrá operar hasta 2030, aunque tendrá margen para pedir otro más por un plazo inferior, ya que el calendario fijado entre Enresa y las compañías le ha puesto fecha de cierre en 2035.

Ascó II tendrá que solicitar el nuevo permiso hasta el año que viene, con el que podrá operar hasta 2031, fecha después de la cual podría pedir una prórroga, si bien por escaso tiempo, pues el calendario establece su cierre en 2032.