La agencia de medición de riesgos Fitch ha elevado la clasificación a largo plazo de Abanca, de BB+ a BBB-, lo que supone sacar a la entidad financiera de lo que comúnmente se conoce como bono basura y otorgarle la categoría de grado de inversión. La entidad gallega entra en el grupo de entidades calificadas con grado de inversión por Fitch, entre las que se encuentran los principales bancos nacionales.