El entierro de la histórica marca Banco Pastor es cuestión de días. De lo que tarde el Santander en completar el proceso de " rebranding" de las oficinas, previsto para esta misma semana. Galicia implicaba para el grupo presidido por Ana Patricia Botín uno de los principales retos de la integración de la red del Popular con la compra en junio de 2017 tras la intervención porque aquí, además de las distintas enseñas, convivían dos plataformas tecnológicas diferentes de las entidades de origen. Es decir, que en la comunidad había que aunar tres operativas internas en solo una. Después de la migración escalonada de los clientes durante los últimos cuatro fines de semana, el proyecto piloto diseñado en exclusiva para Galicia concluyó "con éxito", aseguran fuentes del primer banco español, "sin que se haya registrado ninguna incidencia". Para evitar que la unificación de la imagen corporativa y la desaparición del Pastor de los rótulos y productos se conviertan en un arma de doble filo, el Santander puso en marcha ayer una campaña también específica para la región, bautizada como "Orgullo Galego", con la que quiere asentar "la apuesta del banco por Galicia y el compromiso con el desarrollo social y el crecimiento económico de esta comunidad".

En la última tanda de la integración tecnológica se traspasó alrededor de un centenar de oficinas de Popular y Pastor en Galicia, junto con 42 de Cantabria y Asturias y de 56 de País Vasco. El resto de las sucursales gallegas -son un total de 230 con 450.000 clientes- se fueron enganchando en los fines de semana previos. De hecho, la primera ronda se realizó con solo dos. Ahora quedan cinco oleadas más para llegar al resto del país.

Una vez finalizada la fusión operativa, llegará el momento, como reconocer en el Santander, de abordar la reestructuración de la capacidad instalada y los empleados. Eso se hará, previsiblemente, en julio, lo que no quiere decir, como confirman fuentes del banco, que las negociaciones con los sindicatos no comiencen antes. El grupo al completo, con las incorporaciones de Popular y Pastor, suma en Galicia unos 2.200 trabajadores y más de 400 oficinas. El ajuste podría rondar las 1.200 sucursales, con un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) de alrededor de 3.000 efectivos. Hasta ahora solo ha habido movimientos puntuales de empleados entre oficinas, según los sindicatos. Casos, asegura el Santander, "muy excepcionales.

"La migración tecnológica de las oficinas de Pastor y Popular lleva incluido también un plan de rebranding de las sucursales, tanto exterior como interior, que desde ese momento cambian la marca para operar ya como una sola entidad a todos los efectos, con los mismos productos y servicios para todos los clientes", destaca Santander en una nota de prensa sobre este nuevo hito en la fusión en la que incluso incorpora la valoración de su consejero delegado. Rami Aboukhair aplaude la ausencia de incidencias y, en otro guiño a los clientes ante la desaparición del Pastor, defiende "la ventaja" de "pertenecer a una marca", en referencia al Santander, "reconocida internacionalmente en los principales rankings por la confianza y la credibilidad que transmite".