El último barco que encargó Pescanova ex novo costó más de 1.500 millones de pesetas. Fue concebido para reemplazar a un buque malogrado, que se hundió frente a Sálvora en febrero de 1980, y del que cogió su nombre: Sil. "Posee un moderno equipo de detección de pescado dotado de nuevas sondas, algunas de ellas en período experimental. Su sistema electrónico está conectado con un ordenador, que se maneja desde el puente del barco. Está proyectado para pescas de larga distancia, incluso en zonas árticas", lo describía una crónica de FARO en la ceremonia de entrega, que tuvo lugar en el antiguo muelle de A Laxe. Han tenido que pasar 32 años -la botadura del Sil, construcción de Construcciones Navales Santodomingo, fue en 1986- para volver a vivir una estampa parecida. Este mediodía, según pudo saber FARO, a partir de las 15:30 horas, Nueva Pescanova celebrará en Armón Vigo la botadura de su primer pedido en más de tres décadas.

Es la primera de las tres unidades con las que la multinacional renovará parcialmente la flota de su filial namibia, compuesta a día de hoy por 14 buques con una edad media superior a los 35 años. Según constató FARO en fuentes del sector naval el buque ha sido bautizado como Lalandii, el mismo nombre de la filial al que se incorporará a la entrega. Esta subsidiaria se integró dentro de Pescanova SA en el año 2005 y, según los registros oficiales, tiene un buque operativo. Es el Kainab, construido en 1985 en Construcciones Navales Paulino Freire. Lalandii es el nombre científico de una especie de langosta que habita en la costa austral africana, y también de una parte del subgrupo Novanam, que consolida en las cuentas anuales de Nueva Pescanova. La nueva unidad, de 45 metros de eslora y 10 de manga, utilizará Lüderitz como puerto base. Tendrá dos gemelos, que descargarán en la misma dársena.

Al contrario que la factoría con la que la compañía cuenta en Walvis Bay, que opera con producto congelado, la de Lüderitz prepara, corta y envasa la merluza de los fresqueros que operan en aguas nacionales y que acuden a puerto "con mucha frecuencia". Los tres barcos contarán con una maquinaria de cubierta eléctrica. Estos buques se suman a otros cuatro, también asignados al mismo astillero, que operarán en este caso en Mozambique. El contrato, con el que Vulcano creyó en poder evitar su sequía de pedidos, ascendió a un total de 42,5 millones de euros.

El que adjudicó a Armón Vigo en solitario no fue el primer macropedido de buques de la empresa, que en su día adquirió una treintena de camaroneros en Japón para faenar marisco aguas mozambiqueñas. Pescanova opera en este país africano a día de hoy con 34 buques y es, sobre Krustamoz (alianza de la española Arbumasa con China National Fisheries Corporation, CNFC), la pesquera más importante del país. En el puerto de Beira cuenta con un astillero, Beiranave, y un dique seco para la reparación tanto de pesqueros como de los vagones de Caminhos de Ferro, la compañía ferroviaria pública mozambiqueña.