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Los fondos ya tantean una decena de empresas pesqueras en Galicia

Iberconsa protagoniza la mayor transacción corporativa de la historia del sector y amenaza el trono de Pescanova

Arrastreros de Iberconsa en Argentina.

La industria de transformación pesquera gallega se ha convertido en un valor refugio para los inversores. El nulo rendimiento de los depósitos o las pérdidas en renta variable han desplazado el interés hacia un negocio en crecimiento - Research & Markets ha vaticinado un alza anual en las ventas del 3,6% hasta 2023-, con generación constante de cash y con necesidad de asumir capacidad (sobre todo en origen). Con este mar de fondo en Galicia han pescado ya Portobello Capital, Stator Management, GED o Shanghai Kaichuang Marine International (controlado por State-owned Assets Supervision and Administration, Sasac). Pero lo han intentado decenas de compañías más. "Han venido muchos, incluso hasta el punto de atosigar. Ponen mucho dinero sobre la mesa; algunos lo cogen y otros, como en nuestro caso, no". En suma, estas sociedades han llamado a la puerta de empresas que suman un volumen de negocio superior a los 2.000 millones de euros. El caramelo sigue siendo Nueva Pescanova, aunque Grupo Iberconsa asoma la cabeza con un nuevo socio que gestiona más de 11.500 millones de euros en activos. "Lo mismo la compra".

Ayer Platinum Equity oficializó un secreto a voces: que él, y no un misterioso postor asiático, era el elegido para tomar el control de la segunda mayor pesquera de España. Asumirá el 72,5% de Iberconsa en una operación que fuentes del mercado estiman en unos 500 millones de euros. El resto del accionariado se quedará en manos de Portobello, que ha decidido "reinvertir" parte de las cuantiosas plusvalías que les ha generado la empresa viguesa (en diciembre de 2015 pagó 30 millones de euros por el 55% de la empresa). Con el fondo de capital riesgo tanto las familias de algunos de los fundadores (fueron Daniel Cameselle, Ángel López Soto, David Ramos y José Rodríguez Táboas) como el equipo directivo retendrán una pequeña parte de los títulos. "Creemos en el futuro de nuestra empresa y estamos convencidos de que Platinum Equity es el mejor aliado para ayudarnos a alcanzar el siguiente nivel de crecimiento y expansión", destacó el CEO de Iberconsa, Alberto Freire, que mantendrá el mismo puesto en esta nueva etapa. "Es alguien clave, su continuidad era fundamental", agregaron fuentes próximas a la operación en relación al directivo.

Lo que se avecina ahora es un goteo de operaciones corporativas con Iberconsa como protagonista. "Tenemos la intención de hacer crecer aún más el negocio a través de nuevas adquisiciones y aumentar el portfolio de productos y mercados", agregó el socio de Platinum, Louis Samson. En el radar de Iberconsa, de acuerdo a empresarios de la industria, figura la sudafricana Irvin & Johnson Limited (con tres congeladores y ocho fresqueros, además de una factoría en Woodstock y una planta de elaborados en Paarden Eiland) y la argentina Maronti (dos poteros, dos fresqueros para merluza y un tangonero). "La compañía ha crecido sustancialmente en los últimos años y puede beneficiarse de la experiencia operativa de Platinum", remató el ejecutivo norteamericano. Solo desde la entrada de Portobello en el capital Iberconsa duplicó su capacidad extractiva -ha pasado de 22 a 45 buques- y la facturación (350 millones en 2018). Solo en los dos últimos años selló la compra de Atunera Argentina, Pesquera Santa Cruz y Valastro (Argentina), además de las joint ventures Eyethu Trawling y Eyethu Fishing (Sudáfrica) y de la antigua planta de Freiremar en Bouzas.

Aunque desde el inicio de las conversaciones de venta se había cifrado la operación en unos "innegociables" 600 millones de euros, el importe final de la transacción continúa generando sorpresa en el sector. "Están creando una burbuja de valoración de los activos", advirtió el director general de una de las pesqueras tanteadas por los fondos, que prefiere no decir su nombre. La venta se firmó -se cerrará por completo en el primer semestre- por entre siete y ocho veces Ebitda, una ratio muy elevada. Ni la concentración en especies (merluza y langostino austral) ni el riesgo país de Argentina -rescatada otra vez por el Fondo Monetario Internacional (FMI)- hicieron excesiva mella en el precio que pedían los accionistas de Iberconsa. Es probable que para el importe de la operación haya influido, al alza, el cierre de la compra de Valastro. Durante el proceso se interesaron Bright Food (dueña de Albo), Legend Holdings, Ardian o Pamplona Capital.

"Existe ahora una enorme diferencia entre el valor de las empresas cotizadas y las que no lo están, pero hay mucho dinero. Los fondos buscan dónde invertirlo y están optando por la actividad inmobiliaria y por las no cotizadas", interpreta el socio fundador de Zincapital y experto en fusiones y adquisiciones, Vicente Martín. A su juicio la venta de la conservera viguesa Albo a Shanghai Kaichuang (filial de Bright Food) por 61 millones -y más de doce veces Ebitda- ha llevado a los propietarios de las empresas a pedir mucho más dinero por la venta. "Con estos precios creo sería en principio improbable la firma de nuevas operaciones. Pero se están haciendo, y se van a firmar más pese a eso". Las conserveras han sido de hecho las que más están recibiendo la visita de los fondos, sobre todo private equity, pese a que quedan pocos operadores de tamaño mediano (entre 25 y 50 millones) y a los escasos márgenes del negocio (por el factor humano, sobre todo). Esos márgenes son más abultados en el sector del congelado, donde el grueso de las empresas tiene su actividad fabril intensiva en filiales extranjeras (Namibia, Argentina, Cabo Verde, Ecuador, Perú, Marruecos, Portugal o Sudáfrica), además de ser una industria que apuesta cada vez más por los productos con valor añadido (el portfolio de solo a granel ha desaparecido).

Fandicosta es una de las compañías que recibió más visitas de fondos, según constató su presidente, Ángel Martínez Varela, además de Pescapuerta, Interatlantic Fish y, en los últimos meses, "al menos tres conserveras". Otras firmas han pedido, a preguntas de este periódico, que no trascienda su nombre. "En algunos casos no se ha abordado con los órganos colegiados", ya sea porque fueron ofertas que no se tuvieron en cuenta o porque todavía no han celebrado asamblea.

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