Magallanes Renovables ha logrado generar electricidad por primera vez tras más de diez años de desarrollo su plataforma flotante. La Atir, instalada en Escocia, envió la energía generada por las corrientes escocesas a la subestación de Eday, en las Islas Orcadas (al norte del país). A partir de ese momento la firma redondelana comenzó a cimentar su futuro modelo de negocio, que pasará por crear su primer parque mareomotriz una vez finalizado el proceso actual de validación. "Reino Unido es el país objetivo a corto plazo", explica el gerente de la empresa, Mario Iglesias, que señala que hay firmas interesadas en la evolución del sistema para formar parte del proyecto "en un futuro".

El hito alcanzado por Magallanes tuvo lugar el pasado sábado a las 10 de la mañana (hora local). Tras instalar la plataforma en una zona de las Orcadas conocida como Fall of Warness. Allí fue fondeada durante un proceso de ocho horas el pasado 16 de febrero a través de cuatro cadenas de más de 150 toneladas de peso. La siguiente semana la celda de generación de la Atir fue conectada a la red a través de un cable submarino. El histórico acople se llevó a cabo en la cubierta del buque C-Odyssey (que también participó en la maniobra de fondeo), momento a partir del cual comenzaron los tests de resistencia y de comunicaciones.

Al día siguiente de esta operación -que duró 48 horas- los ingenieros liberaron los frenos de la Atir y en medio de una corriente de marea de 2,2 metros por segundo comenzó a verter energía a la red. "Se probó en condiciones reales y la plataforma se mostró robusta y fiable", informa el gerente de Magallanes, que recalca la "gran calidad" de la energía lograda en sus primeras horas de trabajo, tal y como la calificó el propio gestor eléctrico.

Alejandro Marques de Magallanes, CEO de la empresa, explica por su parte que "es un período muy emocionante en el proyecto". "En las últimas dos semanas hemos demostrado la viabilidad de nuestro concepto de plataforma mareomotriz flotante", indica.

Negocio

Las pruebas forman parte del proyecto Ocean_2G, un consorcio que une a Magallanes Renovables (del grupo Sagres) con el EMEC (European Marine Energy Centre) y las firmas Leask Marine e IM Future. Según explican desde la empresa, el dispositivo se someterá ahora a un programa estructurado de pruebas "que demostrará el desempeño operacional de la plataforma". "Una de ellas consistirá en trabajar en modo automático durante 15 días, lo que será el hito final", resume Iglesias.

El objetivo de los test en Escocia es que la tecnología de la firma redondelana consiga ser validada, algo que están seguros de conseguir tras las exitosas pruebas en la ría de Vigo el año pasado. Con ello podrá llegar a instalar los más de 1.000 MW que han sido aprobados por el Gobierno británico y que hasta la fecha no se pudieron desarrollar al no existir una tecnología fiable. "El mercado está pendiente de nosotros", reconoce Iglesias, que explica que ahora podrán "sacar ratios para el desarrollo de un modelo de negocio".

Sobre el interés de varias empresas -entre ellos gigantes del sector eléctrico- el gerente de Magallanes explica que "tener un socio no es prioritario" y que "el objetivo a corto plazo es hacer el parque, salir al mercado". Para ello la firma ya ha realizado estudios de consultoría interna y se encuentra inmersa en otro sobre industrialización junto a la Universidad de Vigo. A propósito de este último punto Magallanes Renovables espera poder dejar la mayor carga posible de trabajo en Galicia.

La Atir está construida en módulos fabricados por la firma Ganain en su factoría en Mos. Tiene diseño de la ingeniería naval gaditana Sea Master y tuvo un coste total de "entre 7 y 8 millones de euros". Sin embargo, la inversión total en el proyecto supera con creces los 10 millones.