Después de los mínimos de producción por el brutal impacto de la sequía que obligó a declarar la prealerta el 12 de enero de 2017, en pleno invierno, la luz volvió al sistema eléctrico gallego el pasado año. Llovió por fin y la comunidad recuperó los niveles habituales de generación que la sitúan entre las grandes potencias del sector en España. Se alcanzaron los 31.300 gigavatios (GWh), un 19,5% más que el ejercicio anterior y la mayor cantidad de electricidad de los últimos cinco, gracias al empuje de las renovables, y muy especialmente de la contribución de los embalses. El consumo interno, sin embargo, tiene el freno puesto. La demanda de hogares e industrias en la región apenas aumentó un 0,1% (19.913 GWh) -después de una caída del 0,3% en 2017-, por lo que Galicia elevó todavía más su superávit eléctrico. La exportación superó un tercio del total. Se fue a otras autonomías y al norte de Portugal el 35,6% de la producción, alrededor de 11.160 GWh, un 83% por encima de los saldos de intercambio registrados el ejercicio precedente, según los datos que acaba de publicar Red Eléctrica de España (REE).
La mayor subida de la producción vino de las hidroeléctricas. Con las centrales cargadas después del largo periodo sin precipitaciones relevantes, su generación se disparó un 161%, hasta los 8.525 GWh. De ellas procedió el 27% del mix eléctrico de Galicia en 2018. El carbón suplió la atonía de las fuentes verdes en el periodo de sequía. Hacía mucho tiempo que las térmicas de As Pontes y Meirama no estaban a un ritmo tan fuerte y el pasado año apenas lo redujeron: 10.309 GWh, solo un 4,5% menos que en 2017 y, otra vez, a la cabeza de la producción.
Las temporadas de calor atípico y falta de lluvias suelen coincidir con ausencia de viento también. Así que 2017 no fue tampoco un año precisamente muy bueno para la eólica y 2018 sí. Los parques sumaron 8.373 GWh tras un incremento del 21,3%. El sector está aún lejos del récord de 9.500 GWh de 2013, pero es cuestión de tiempo, de muy poco tiempo, que lo bata.
A finales de este 2019 tienen que estar en marcha todos los nuevos aerogeneradores previstos al amparo de las macrosubastas de potencia renovable del Gobierno y en Galicia, según los planes que maneja la Xunta a partir de sus autorizaciones, están previstos entre 600 y 700 megavatios (MW) nuevos, lo que supondría incrementar hasta un 20% la capacidad instalada actualmente (3.422 MW). En 2018 solo se encendieron 68 MW, como recoge el reciente balance de la Asociación Empresarial Eólica (AEE).
El repliegue del gas
Donde sí se notó con fuerza que la eólica y la hidroeléctrica ganaron el terreno perdido fue en los ciclos combinados. La producción con gas se desplomó en Galicia un 54% (810 GWh). Bajó también la actividad de cogeneración, con la que las grandes industrias regionales aprovechan sus propios procesos internos para ser productores eléctricos: 2.600 GWh, un 7,3% menos que en 2017.
Del la generación en bruto hay que descontar unos 233 GWh utilizados en bombeo. ¿Qué es esto? Algunas hidroeléctricas disponen de un sistema que permite usar energía sobrante en el sistema en momentos de mucha generación y baja demanda para llenar sus balsas de agua. Es lo más parecido que existe en estos momentos al almacenamiento porque en los momentos en los que falta electricidad esa agua se puede desembalsar.
Galicia fue la cuarta comunidad más excedentaria del sistema eléctrico nacional. Su capacidad de generación frente al consumo interno se situó en el 154%. Lo que le sobra equivale casi a la demanda que suman Cantabria, Extremadura y Navarra.
En primer lugar estuvo Extremadura (415%) por la fuerte implantación de la nuclear. A continuación figuran Castilla y León y Castilla-La Mancha, ambas -líderes en España de la producción renovable- con tasas superiores al 180%. En la cola viaja Madrid, que únicamente cubre con producción propia el 4,4% de sus necesidades eléctricas.
