Detrás del auge del alquiler está la imposibilidad para muchos ciudadanos de comprar una vivienda, a pesar de los bajísimos tipos de interés. Los requisitos en la concesión de hipotecas se han encarecido tras el estallido de la burbuja inmobiliaria y la merma salarial y la precarización laboral ponen muy difícil asumir un crédito a 30 años vista o disponer del suficiente dinero para pagar impuestos y asumir el porcentaje del valor del inmueble que el banco ya no cubre. En Galicia se firmaron 29.586 contratos de arrendamiento en 2018, un 60% más que en 2014, según el Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS). La demanda disparó los precios y el coste medio de la mensualidad supera a estas alturas los 400 euros. En el caso de las dos principales de la comunidad, ese encarecimiento ronda el 33%, con un importe de referencia de 481 euros en Vigo y de 477 euros en A Coruña. Unas cantidades nunca vistas que han provocado que el problema de los desahucios salte de los hipotecados a los arrendatarios. Hubo 1.245 en la comunidad el pasado año tras una reducción del 24% en comparación con 2017 (1.639), pero el último trimestre deja un dato preocupante: 481 los lanzamientos por impago del alquiler, un récord histórico.

Fueron cinco por día, lo que supone un alza del 13,7% respecto al mismo periodo del ejercicio precedente. En el conjunto del Estado, los desahucios de alquileres aumentaron un 3,9% entre octubre y diciembre y un 4,5% en el cómputo total del año, según los datos publicados ayer por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), que recuerda que no todos afectan a viviendas ni a primera residencia. Además, en Galicia hay que tener en cuenta el impacto de la huelga de funcionarios entre febrero y mayo.

Los desahucios por impago de los préstamos cayeron un 46% (410), pero las ejecuciones hipotecarias "consolidan", apunta el organismo, la tendencia al alza de los últimos meses. Se presentaron 1.323 demandas, un 28,7% más que en 2017.