El responsable del sector financiero de UGT Galicia, Ángel Iglesias, calificó ayer la pretensión de Abanca por hacerse con Liberbank como "una operación estratégica más en un juego de fusiones que continúa tras la crisis". A su juicio, "los bancos medianos necesitan ganar tamaño" por dos razones: "las motivadas por el propio mercado y también por las nuevas exigencias de capital comunitarias, que no serán fáciles de asumir". Para Iglesias, el de Abanca es un movimiento "natural", ya que la entidad resultante operaría en un ámbito geográfico que se expande desde el noroeste, Galicia, Asturias, Castilla y León, Extremadura y Portugal. El sindicalista de UGT señaló que entre Abanca y Liberbank "hay más sinergias que duplicidades" y reconoció la oportunidad de la operación pero "siempre que no sea a costa de los trabajadores". En este sentido, recordó que la reestructuración del mapa bancario "se ha llevado un tercio del empleo del sector" en los últimos años.

Jorge Villarino, de CC OO, defendió que su sindicato "siempre estará vigilante" para que "los trabajadores no salgan perjudicados" por los procesos de concentración en las entidades financieras. E introdujo dos nuevos factores desencadenantes de la operación: "el bajo margen en un negocio obligado a la máxima eficiencia", además de la "reconversión tecnológica" actual. Para su homólogo en la CIG, la información resultó una sorpresa, e incidió en las escasas duplicidades entre las redes de Liberbank y Abanca en Galicia. "Donde podría haber un mayor impacto es en los servicios centrales". Montero reclamó información a la entidad que, recordó, "todavía tiene pendiente la integración de la red gallega" de Caixa Geral.