El escenario de liquidación de Factorías Vulcano con el pedido C-548 a medio hacer es más real que nunca. No existe ningún acuerdo con las empresas auxiliares -a las que se pide una quita del 25% sobre la deuda- para concluir el ferri de Trasmediterránea y, sin él, no habrá dinero para un pedido que está ya en pérdidas. Porque entre los fondos que ya consumió la atarazana viguesa, las facturas que tiene sin pagar y lo que debería abonar a sus proveedores a la entrega del buque superaría holgadamente los 60 millones en los que está valorado el Villa de Teror. La plataforma de subcontratas contaba ayer con haber recibido y analizado el documento redactado el lunes en Madrid -en un encuentro en el que participaron Banco Santander, Naviera Armas, Pymar, Xunta y el propio astillero-, pero no hubo noticias. Por este motivo rechazaron la invitación del director xeral del Igape, Juan Cividanes, a mantener un encuentro por la tarde en Vigo. "Sin el documento sería absurdo", aseguró el portavoz de este colectivo, Elías Outes.

Gana enteros así la probabilidad de que el lunes la propiedad de Vulcano -en manos de la familia Santodomingo, a través de Astilleros La Mecánica- acuda al juzgado de lo Mercantil para solicitar la liquidación voluntaria. Y así lo confirman fuentes próximas a la compañía, que ayer, de manera oficial, solo repitió que no tenía noticias. "Estamos a la espera de la contestación del banco", sostuvo su director general, Pablo Santodomingo. Ese impass, según las mismas fuentes consultadas, no irá más allá del día 25. De hecho se volvió a evidenciar ayer la nula interlocución de las partes en este proceso. De un lado, la industria auxiliar sigue sin conocer la letra pequeña del documento que emanó de la reunión de Madrid, y del que solo conocen el porcentaje de quita. Un papel que continuaba este viernes en manos de Banco Santander, como indicaron a FARO otros actores de la operación. Ese plan de pagos implicará pérdidas para las subcontratas, que llevan desde mayo del año pasado sin cobrar, de al menos 1,3 millones de euros. De otra parte Vulcano aseguraba esperar a una "contestación" del Santander a una propuesta que nunca tuvo visos de prosperar, y a la que se adhirió a su regreso de la capital española, que había rechazado inicialmente. Se trata de la lanzada por las propias auxiliares, con las que la quita se rebajaría al 15%.

El ferri de Trasmediterránea (filial de Naviera Armas) tendría que haberse entregado el 28 de junio del año pasado, y entró en fecha de cancelación el 24 de enero. Esto implica que la futura armadora -de momento el barco es, en un 75%, propiedad del Santander- ha perdido el derecho a reclamar 10.000 euros por día de retraso en concepto de penalización. Vulcano atribuyó el incumplimiento de los plazos a la propia Armas y a la proveedora Wärtsila, aunque para entonces (junio) ya llevaba un mes sin pagar las facturas a las auxiliares. La factoría, que había recibido para la construcción una financiación del 75% del valor del buque, recibió en septiembre casi cuatro millones de euros adicionales -avalados por Xunta y Pymar-, con los que tampoco saldó las deudas con las subcontratas. Ese fue el último mes, además, que abonó las nóminas a sus 73 trabajadores.