Si las empresas auxiliares que han trabajado en el proyecto C548 de Factorías Vulcano -el ferri Villa de Teror- sufren finalmente una quita del 25% de la deuda contraída con ellas por el astillero, tendrán un agujero de más de 1,3 millones de euros. Y, aún a pesar de esta cantidad -el grueso de las afectadas son pequeñas y medianas empresas-, consideran que no sería "lo peor". Porque, condenan, no tienen "ninguna garantía" de que, cuando el barco se termine, puedan recuperar el 45% restante (el 30% se les ingresaría en los primeros quince días del reinicio de los trabajos a bordo). Para una pyme con impagos por un millón de euros -que la hay-, el escenario del 25% implicaría renunciar a 250.000 euros. "Hay empresas que pueden atreverse a decir que sí, pero otras no. Nuestra propuesta era muy buena", indican desde la plataforma de auxiliares afectadas, que reclamaba rebajar la quita al 15% y garantizar un primer ingreso del 35% de la deuda.

Pero no hubo suerte. Ayer esperaban que Banco Santander, financiador y propietario del ferri (en un 75%), les entregase un documento que ha de marcar la hoja de ruta para retomar la construcción, desbloquear fondos para pagar deudas -del astillero- y poner fin a un conflicto que arrancó hace ya nueve meses, cuando las auxiliares cobraron las últimas facturas (las del hito 7 del contrato). No llegó. Un papel acordado con la Xunta, Pymar, Naviera Armas y la propia Vulcano, del que ayer no obstante se desmarcó para "perplejidad" de los demás actores partícipes de la operación. Porque desde el entorno del astillero indicaron que habían decidido "ponerse de lado" de las auxiliares, aunque ello suponga un perjuicio sobre los intereses de su propia plantilla. A estos últimos les negó la propuesta para el pago de las nóminas; pero sí acató ayer la petición de las auxiliares, siempre según estas fuentes, que pasa en esencia por esa rebaja de la quita. "El intento por cargar la responsabilidad en los demás es claro. No hizo su trabajo y ahora la culpa es nuestra", resumieron desde una de las partes conocedoras de las negociaciones.

"Ya sabemos que Vulcano ha actuado mal, que nos ha engañado. Pero nosotros no somos Vulcano", sentenció un empresario de las auxiliares, molesto con las declaraciones del presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que este martes negaba al astillero otra tabla de salvación a cargo de dinero público. "Espero que pueda seguir, pero nosotros ya hemos hecho todos los esfuerzos", dijo el máximo mandatario gallego. El probable malestar de la propia Vulcano con Feijóo -la empresa no quiso pronunciarse ayer- fue lo que motivó, a juicio de las subcontratas, su "cambio de bando" y que hubiese filtrado un apoyo a sus pretensiones iniciales. Tampoco gustaron en UGT, que ayer emitió un comunicado en el que las tachó de "irresponsables".

Como publicó ayer FARO, una de las cuestiones que está sobre la mesa es que, tras haber consumido casi 50 millones de los 60 en los que está valorado el ferri (tanto en financiación como en anticipos), el último y único contrato de Vulcano arrojará pérdidas. Quién las asuma, total o parcialmente, es una equis que no se ha despejado.