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Los alquileres de vivienda en Galicia superan ya en un 50% a las compras

Los contratos de arrendamiento marcaron récord en 2018 con casi 29.600 - Los precios acumulan una subida del 10% desde 2015 - Vigo rebasa los 480 euros y lidera el alza

Récord de contratos de alquiler en Galicia: 29.600 en 2018 // FARO

El inédito auge del mercado del alquiler tiene muy poco de moda, de preferencia personal por renunciar a la propiedad, y muchísimo de tormenta perfecta en la economía doméstica. A pesar de la reciente recuperación de los precios, el metro cuadrado ronda en Galicia los 1.180 euros, un 25% menos que en los años de la burbuja del ladrillo. Una posible invitación a comprar que choca con la realidad laboral y las condiciones de acceso a la financiación. Los salarios y la contratación indefinida siguen sin engancharse al crecimiento económico, sobre todo entre los trabajadores en edades más proclives a la emancipación y, por tanto, a la adquisición de un inmueble; y la banca, con bajos tipos de interés que en principio también ayudarían a inclinarse por la alternativa de comprar, ha endurecido las condiciones para aprobar una hipoteca, sin opción ya a cubrir el 100% y la necesidad, por tanto, de disponer de ahorros para abonar una parte en metálico, junto a otros gastos e impuestos. ¿Resultado? Los contratos de arrendamiento marcaron en la comunidad un récord el pasado año y ya superan en más de un 50% a las compraventas de inmuebles.

Concretamente, en Galicia se fimaron 29.586 alquileres de vivienda durante 2018, según los datos que acaba de actualizar el Instituto Galego de Vivenda e Solo (IGVS). Después de tres años de incrementos muy fuertes -del 39% en 2015, el 4% en 2016 y el 11% en 2017-, el mercado echa el freno con un alza de únicamente el 0,2% el pasado ejercicio. De hecho, la contención en los nuevos contratos se concentra en los últimos tres meses del año. Las fianzas depositadas en el IGVS bajaron entre el 12% y el 19% en comparación con octubre, noviembre y diciembre de 2017.

La cuestión es si esa estabilización responde a la falta de demanda o a la escasez de la oferta y de un coste aceptable para la mayoría de bolsillos, como advierten muchos en el sector. El stock de viviendas disponibles pasó de 7.000 en 2017 a 4.300 en octubre de 2018, según la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein). Una reducción del 48% que podría provocar muchas tensiones en el mercado de las principales ciudades.

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A falta de los datos del último trimestre, entre enero y septiembre en Galicia se vendieron unas 14.400 viviendas, según el Ministerio de Fomento. Es decir, la mitad de operaciones que en alquiler. A lo que hay que añadir, además, que una parte importante de las adquisiciones de inmuebles son como inversión para luego sacarlas al mercado del arrendamiento y aprovechar una rentabilidad histórica que es imposible de conseguir en estos momentos con los productos financieros más convencionales, como los depósitos a plazo en los bancos.

Lo que no para es la tendencia al alza de los precios de los alquileres. La mensualidad media en 2018 alcanzó los 402 euros en la comunidad, lo que supone un encarecimiento anual del 4,4%. Es la mayor subida desde que el IGVS recopila los datos y claramente se sitúa por encima de la inflación, que cerró en el 1% en Galicia el año pasado. Suma y sigue: desde 2015 el incremento del coste de los arrendamientos en la región supera el 10%.

La distribución de los contratos firmados en 2018 en Galicia en función de la cuantía es muy ilustrativa de la evolución del mercado. Los que superan esa mensualidad media, de más de 400 euros, por tanto, aumentaron un 19%. Y un 30% tanto los que están entre los 500 y 600 euros (2.031 contratos), como los que oscilan entre los 600 y los 700 (1.022).

Las dos urbes más pobladas de Galicia absorben un tercio de todos los alquileres. Y los precios más altos. La mensualidad media en Vigo asciende a 481,2 euros, un 8,33% más que en 2017. El incremento en A Coruña fue del 6,7%, hasta los 477,2 euros.

Sube con fuerza el arrendamiento también en Pontevedra, un 7,3%, y el precio medio alcanza los 443 euros. En Santiago ronda los 426 euros, un 4,2% más; los 386 euros en Ourense (5,7%) y los 350 euros al mes en Lugo (3,2%). Solo se abarató en Ferrol, donde el coste bajó un 0,6%, hasta los 329 euros.

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