Si mañana fuese 26 de enero Naviera Transcantábrica (Trasmediterránea) estaría en disposición de anular formal y definitivamente el pedido de un ferri de 139 metros de eslora y 2.350 toneladas de peso muerto, bautizado en verano como Villa de Teror, y amarrado hoy, sin terminar, en las gradas de Factorías Vulcano. Ese día, según el contrato suscrito entre la naviera y el astillero, el pedido puede ser cancelado por los sucesivos retrasos en las tareas de construcción. Aunque en la cumbre de Santiago (del 7 de diciembre) Trasmediterránea aceptó retirar esa línea roja de la mesa, lo cierto es que el compromiso solo fue verbal, sujeto a una planificación para el remate de unas obras que tampoco se han retomado. "En la reunión no se firmó ningún documento y, en realidad, no hemos avanzado en nada". Esa losa sigue ahí. Una más para la atarazana viguesa, que este año tendría que cumplir los cien. Una más porque la discusión sobre su futuro no se circunscribe al Villa de Teror; este buque solo ha puesto fecha al apremio. "La propiedad no puede pretender que siempre se le solucionen las cosas desde fuera".
Distintas fuentes conocedoras de las negociaciones han admitido la "ausencia total" de avances en el proceso. La pasada semana sí se produjo una conference call entre algunos de los partícipes en el esquema de financiación, pero poco más. Los más de 70 trabajadores del astillero no supieron nada de la nómina extra que el banco parecía dispuesto a anticipar dadas las fechas, y han solicitado ahora un nuevo encuentro entre todas las partes (Trasmediterránea, Vulcano, Igape, Pymar y Banco Santander) para poner fin a un impass sempiterno. Según indicaron fuentes del astillero la idea era que todos los empleados, además de numerosas subcontratas, volviesen al tajo este lunes, día 14, ya que así se habría acordado en la reunión de diciembre en Santiago. ¿Por qué esa fecha y no otra, teniendo en cuenta que en ese momento (7 de diciembre) Vulcano ignoraba cuántos días de trabajo le quedaban al ferri? ¿Que justo antes de la cumbre en el Igape amagó con presentar una liquidación voluntaria? La compañía no lo ha concretado.
Tampoco ha recibido respuesta a los presupuestos que presentó -asegura- a West Sea Yard (antigua Estaleiros Navais de Viana) para construir ocho bloques de uno de los pedidos que se acaba de adjudicar la atarazana lusa, de grupo Martifer. Se trata de dos cruceros de expedición para la naviera Mystic Cruises, de 126 metros de eslora y 19 de manga. Sí ha apuntado la existencia de conversaciones entre Banco Santander y Viking Line, la naviera del proyecto inicial en base al cual se armaría después el Villa de Teror. Siempre según Vulcano, el ferri tendría así opciones de conseguir nuevo propietario si Trasmediterránea -ahora integrada en Naviera Armas- hace valer el contrato y dice adiós a la compañía que controlan los Santodomingo (a través de Astilleros La Mecánica). Sería, de producirse, una compra low cost.
Fue en 2007 cuando Viking, firma cotizada en la Bolsa de Helsinki, asignó a Astilleros de Sevilla la construcción del buque. La firma hispalense acumuló numerosos retrasos y, con el casco en las gradas, entró en quiebra. Entonces, en 2013, Factorías Vulcano tomó la decisión de hacerse con la estructura, buscarle armador, terminarlo y despejar una amenaza de quiebra de la que no se ha sacudido desde hace años.
Reuniones in extremis, con la implicación directa de la Xunta, lograron para la firma viguesa su primer contrato en una década. Claro que entre la llegada a Teis del casco del barco y la entrada en vigor del contrato pasaron cuatro años más, y media docena de expedientes de regulación temporales para la plantilla. Años en los que el resto del naval privado gallego (de Vigo y Marín) constató su recuperación con el mayor volumen de actividad desde 2009.
Un barco famoso
"La duda que tenemos nosotros es si Trasmediterránea sigue queriendo el barco", exponen fuentes próximas a la plantilla. En lo puramente contable no es la parte más expuesta ante los sucesivos incumplimientos de Factorías Vulcano -que ha achacado parte del retraso a la propia naviera-, ya que no ha participado en el esquema de financiación. Desde el entorno del astillero aseguraron también que la naviera reclamaba penalizaciones, a razón de unos 10.000 euros por día y desde el 28 de junio, fecha en la que se debería haber entregado el ya famoso -aunque inmaculado- Villa de Teror.
