En paralelo al incesante recorte de la financiación a las familias y las empresas de Galicia por el cierre del grifo del crédito provocado en los primeros años de la crisis ante el impacto que aquí tuvo la reestructuración financiera y la desaparición de las históricas cajas, el ahorro no dejó de aumentar. Es algo habitual en los momentos con la economía enferma. El gasto se estanca por falta de efectivo, pero también por miedo, y los que pueden guardan ante un posible empeoramiento de la situación. De hecho, mientras los préstamos marcaban mínimos históricos, el dinero depositado en los bancos no paró de marcar récord en la comunidad con cada actualización trimestral de los datos, hasta la inédita cantidad de 63.851 millones de euros registrada al cierre de junio del pasado año. En los siguientes tres meses, en cambio, el ahorro de los gallegos en las entidades descendió un 0,7%, un total de 535 millones de euros -casi seis millones al día-, por la caída en picado otra vez de los depósitos a plazo, con rentabilidades ridículas que llevan a buscar alternativas de mejor remuneración, sobre todo la vivienda.

Los depósitos bancarios en Galicia sumaban en septiembre 63.393 millones de euros, frente a los cerca de 63.900 millones que alcanzaron en el ecuador del ejercicio, según los datos que acaba de publicar el Banco de España. La comunidad lidera la caída del ahorro convencional junto con Madrid, donde el descenso fue del 3,4%. Entre las dos aglutinan. Solo en Baleares, Cantabria y Cataluña hubo aumentos significativos del ahorro -del 3,4%, 1,9% y 1,4%, respectivamente-, por lo que el conjunto del Estado deja una disminución del 0,8%, hasta los 1,225 billones de euros.

En el caso de Galicia, la bajada se concentra en el sector privado. Y exclusivamente en los depósitos a plazo, que pasan de 16.583 millones de euros en junio a 16.033 millones en septiembre. Hay un pequeño incremento de 27 millones de euros en las cuentas corrientes, lo que permite intuir que la reducción del ahorro viene más de una búsqueda de rentabilidad que de la necesidad de tirar del dinero guardado para llegar a fin de mes. Entre las administraciones gallegas el ahorro aumenta un 2,3%, hasta los 3.437 millones.

Un 26% de alza

El adelgazamiento de los depósitos a plazo en la región coincide con un nuevo repunte de la compra de vivienda al contado. Entre enero y septiembre, el número de transacciones inmobiliarias en Galicia ascendió a 14.398, de las que seis de cada diez se efectuaron a través de una hipoteca. Otras cuatro de cada diez, como reflejan los datos del Consejo General del Notariado, se pagaron en mano. Fueron más de 5.400, un 26% más que en el mismo periodo de 2017.

La adquisición de inmuebles para luego ponerlos en alquiler se ha convertido en el principal refugio de los pequeños ahorradores gallegos. "Las tasas de rentabilidad de arrendamiento de viviendas, oficinas, naves y locales comerciales pulveriza a cualquier producto financiero a día de hoy", asegura la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein), que calcula que la inversión en este tipo de activos para aprovechar el tirón del mercado del alquiler "se ha incrementado hasta el 8,2%, superando el 7,1% de 2017 y el 5,8% de 2016".

Donde no hay cambio de tendencia es en la evolución del crédito. Galicia está entre los territorios con mayor recorte de la financiación al tejido productivo desde el inicio de la reconversión financiera. Y ahí sigue. El crédito siguió cayendo en el tercer trimestre del año: un 0,6%, hasta los 41.264 millones. El descenso llega al 9% en el sector público, mientras que entre las familias y empresas prácticamente se mantiene congelado. En comparación con el mismo periodo de 2017, las administraciones tienen un 24,5% más de préstamos concedidos y crecieron un 1,1% en los otros sectores residentes.