No es nuevo que el naval de Vigo sea un referente en la construcción de buques oceanográficos, unidades de elevada complejidad técnica que, señalan en el sector, refrendan el buen hacer tanto de los astilleros como de la industria auxiliar. Pero sí es más novedad que solo un país como China, y con una industria fuertemente subsidiada con dinero público, tenga más unidades en cartera que dos atarazanas de una ciudad con menos de 300.000 habitantes: Construcciones Navales Paulino Freire (Freire Shipyard) y Armón Vigo. De los 32 contratos en vigor de este tipo de barcos ( research vessels) a cierre del primer semestre en todo el mundo, cinco llevarán para siempre la impronta viguesa. Uno de ellos, el Taqnia, acaba de partir con destino a Arabia Saudí. Adjudicado a Freire por Saudi Development and Investment Company, ha sido la construcción 717 del astillero, y la séptima de su carrera en este segmento. Porque cuenta con otros dos: uno para Bélgica (de 65 metros de eslora y con un presupuesto de 54,45 millones de euros) y otro para Kuwait (bautizado ya como el Almostakshif, de 56 metros y con unos 30 millones de inversión).

En el bienio 2015-2017, según datos del mercado analizados por FARO, el naval de Vigo concluyó tres oceanográficos: BAP Carrasco (Armada de Guerra de Perú), ARC Roncador (Cotecmar, de Colombia) y el Víctor Angelescu (Argentina). En ese mismo periodo Turquía contaba con ocho unidades en la cartera de pedidos, que se ha reducido ahora a cero. Claro que este país tiene a día de hoy 76 astilleros; sobre China (con 12 buques de investigación en construcción o adjudicados) es casi imposible determinar una cifra de empresas activas en el naval.

El otro referente en la construcción de research vessels es Armón Vigo, artífice del Roncador y el Víctor Angelescu, y adjudicatario ahora de otro oceanográfico para el Instituto Nacional de Desarrollo Pesquero (Inidep, Argentina), a sumar al encargado por la Sveriges Lantbruksuniversitet (SLU, de Suecia). El primero tendrá 36 metros de eslora y será bautizado en febrero; el segundo, nombrado como Svea a petición popular, tiene 69 metros y ha contado con un presupuesto de 38,6 millones de euros. Suecia no cuenta con ningún oceanográfico desde 2011, cuando dio de baja el RV Argos, de 61 metros y construido en 1974.