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Partenón hilvana sesenta años de éxitos

La textil celebra otro aniversario con la innovación y la exportación como objetivos y el relevo sucesorio resuelto con un líder que pasó las pruebas del fundador: "Me salió el no va más"

Alejandro y Adriano Marques de Magallanes. Padre e hijo, actual director general y fundador de la compañía. // Ricardo Grobas

Cuenta Adriano Marques de Magallanes (Melgaço, 1925) que los dos hechos más importantes de su trayectoria empresarial fueron un fracaso y una obstinación. Fracaso porque confió en un pedido de 35.000 baberos de plástico para un almacén de la calle Montera de Madrid, anulado a media producción. "Lo pasé muy mal, pude haber quedado sin empresa". Tozudo -él preferiría el calificativo tenaz-, logró después proveer a los operarios de la factoría de Ford en Almussafes. Pero al tercer intento, tras sucesivos viajes entre Valencia y Barcelona a bordo de un seiscientos. "Con pinchazos y todo". Ofreció prendas de 380 gramos para trabajar con elevados niveles de electricidad estática, más baratos que los que ofrecían en Francia, y hechos en Vigo. Y llegaron después encargos de la Renault (Valladolid) y la Citroën. Por eso dice Marques de Magallanes, fundador de la textil Partenón, que "la empresa que no haya tenido reveses no llega demasiado lejos; el revés es una enseñanza, un magisterio constante que da lecciones a quien las sepa tomar". Este viernes la compañía, líder absoluta en su mercado -proveedor integral de ropa para cuerpos de seguridad o bomberos- celebra su 60 aniversario con las mismas ganas de comerse el mundo y con un nuevo director general que ha sabido -lo apostilla el fundador- llevar la empresa a otro nivel de excelencia.

Es Alejandro Marques de Magallanes, uno de sus cinco hijos, que escucha los elogios, firmes pero comedidos. "Me salió el no va más, y no digo más porque está aquí delante". El relevo sucesorio fue capital para don Adriano, como lo llaman todos en la fábrica de Redondela. "Uno de los hechos más importantes fue pensar en la persona que iba a darle continuidad, y desde el principio esa persona tenía que estar sujeta a mi manera de trabajar, de ser, de exigir. Y tener tres puntos cardinales: honradez, prestigio y buen producto". Alejandro cumplió los requisitos y pasó los test. "Estuvo cinco o seis años respondiendo bien, y yo tratándolo mal, poniéndolo a prueba. Y cada vez asumía más valentía para enfrentarse con la problemática diaria de la empresa, y yo afianzándome más en mi idea de que tenía que ser él". Y fue él, y este ejercicio Partenón (marca de la firma Sagres SL) batirá récord de facturación y de prendas confeccionadas. La compañía, refiere su actual director general, está "en su punto máximo, nunca ha estado en mejor posición. Estamos generando no solo nuevos productos sino también ofreciendo nuevos servicios".

Partenón ha pasado de vender productos a vestir a la gente, de enviar un chaquetón a un policía de Barcelona a enviar allí a dos personas para tallar a todo el personal con códigos de barras y lectores ópticos. "Acabamos de vestir a la academia de la Guardia Civil con un índice de error, de cambios, por debajo del 2%". En la academia del instituto armado en Valdemoro visten ropa con sello gallego. ¿Saben cuál es la talla más habitual entre los cadetes? Una S. Seguramente porque "uno de los factores que más influye en el tallaje es el gusto personal", y el fundador de Partenón hizo saber siempre a su sucesor que el cliente es el que manda. "La producción se vuelve mucho más compleja. Igual antes teníamos 50 producciones al mismo tiempo, y ahora tenemos 300. Necesitas cubrir las necesidades de cada uno, y son 400 clientes" con uniformes distintos y necesidades diversas. Como los bomberos, a quien prestan un servicio de renting. "Ya no solo es que les talles y confecciones la ropa, sino que se la financies, laves, repares y mantengas en perfecto estado durante el periodo del contrato". Como un coche, pero con unos pantalones ignífugos diseñados por el departamento de I+D.

En una compañía de éxito y con 60 años de trayectoria, ¿cómo se inyecta uno a sí mismo las ganas de ser disruptivo, de no acomodarse? "Con mucha ilusión, hacer siempre lo mismo es más aburrido. Lo bueno es tener siempre nuevos retos, poder conseguir cosas que no se han hecho hasta ahora o que no imaginaba". ¿Los próximos? "Son industriales y comerciales. Trabajamos en una monitorización de todos los procesos por los que pasa una prenda, tenemos ya en todas las fábricas [Marruecos, Portugal, Vigo y Redondela] un reporte inmediato de todas las que se están terminando. Comerciales, intentando crecer bastante fuera de España, una pequeña diversificación geográfica".

"No habría soñado con importar maquinaria de Estados Unidos, y lo primero que hizo [dice Adriano Marques de Magallanes de su sucesor] fue traer una de corte a la planta de Valladares. Estos cambios innovadores no son propios de mi edad". Partenón celebra mañana los inicios, el presente y los retos. Que lo demás ya se sabe: es aburrido.

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