En su trayectoria de trabajo con el colectivo, Manuel Méndez ha tenido contacto con alrededor de 500 emigrantes, muchos venezolanos para los que desarrolló un novedoso curso de orientación para su desembarco en Galicia. "Tienen una formación elevada pero homologarla es imposible -cuenta el educador social-. En Venezuela les piden 500 dólares, el proceso puede dilatarse años y ya hay casos de engaños, de títulos falsificados, que se detectan en el trámite ante la Xunta".

Acceder a algo mejor que puestos sin cualificación es un milagro. "Cuidadores, limpieza, cajeros...", ejemplifica. A actividades así está enfocada la formación de los planes de inclusión social de la Xunta. Y sigue el círculo vicioso. "Muchas veces acaban frustrados por la preparación que tienen detrás y porque invierten tiempo y esfuerzo y las empresas donde hacen las prácticas son las que tienen la última palabra", cuenta. "La opción de hacerse autónomos -añade- se complica por el desconocimiento de un plan de empresa, la burocracia y el coste fiscal".