La nueva oleada de datos sobre la evolución de la población publicados esta semana por el Instituto Nacional de Estadística (INE) deja pocas dudas de que el freno al invierno demográfico en Galicia es un reto descomunal que no admite más demoras. En la comunidad murieron 9.135 personas más de las que nacieron durante el primer semestre de este año tras la enésima caída, esta vez de casi el 7%, en los alumbramientos. No hay otra región con peor saldo vegetativo. El número de habitantes se redujo en 3.850. Y la pérdida hubiera sido el doble (7.755) sin la llegada de extranjeros, sobre todo desde América del Sur, que compensaron la dramática sangría de los residentes locales. A pesar del pseudodebate abierto en el país a raíz del auge del partido de ultraderecha Vox y sus proclamas contra la inmigración, el desembarco de foráneos no solo está funcionando de colchón contra la pérdida de población. También está permitiendo sostener sectores económicos que llevan meses alertando de falta de mano de obra. Es el caso de las industrias manufactureras y el transporte. Ambas elevaron la contratación de extranjeros por encima del 30% en Galicia en 2017.
La evolución de los emigrantes en Galicia es un calco del comportamiento de la actividad. "Son movimientos muy dependientes del ciclo económico porque van acompañados de un proyecto laboral, algo de lo que sabemos mucho los gallegos", recuerda Mamen Sabio, secretaria de Muller e Políticas de Igualdade de CCOO en la región. La presencia del colectivo empezó a desinflarse una vez que estalló la crisis y aumenta de nuevo al calor de la recuperación. Los afiliados a la Seguridad Social alcanzaron en octubre 36.600, la mayor cifra de los últimos ocho ejercicios. Aún así, hay 4.200 altas menos de foráneos que en 2009.
Aunque Galicia no ha sido nunca un destino prioritario para los emigrantes que vienen a España -un lugar que ocupan las autonomías más grandes y más ricas, como Cataluña, Madrid, Andalucía y Comunidad Valenciana-, el aumento de la contratación de extranjeros el pasado año aquí, un 16,2%, fue superior al de la media estatal, un 12,4%, según el Servicio Público de Empleo Estatal (Sepe). Firmaron un total de 55.854, lo que supone tan solo el 5,5% de los contratos formalizados en la comunidad en 2017. Casi nueve de cada diez era temporal y llama mucho la atención la alta proporción en el colectivo de los puestos eventuales a jornada parcial: más de 18.600, un tercio del global de contratos entre los extranjeros.
A mayor precariedad en la duración del contrato y la jornada, menor es la retribución. ¿Cuánto cobra un asalariado extranjero en Galicia? La media se situó en 11.515 euros en 2017, el equivalente a 822 euros repartidos en 14 pagas, según la información recopilada por la Agencia Tributaria a partir de las declaraciones del IRPF. La brecha con los empleados de nacionalidad española en la comunidad roza los 7.000 euros. "Tal y como está el mercado laboral, están abocados a trabajos no cualificados -explica Manuel Méndez, educador social y gestor de proyectos sociales-. A eso se suma las dificultades enormes que tienen para convalidar sus títulos, que es algo que agrava la situación en el caso, por ejemplo, de los venezolanos".
Precisamente los ciudadanos originarios de Venezuela protagonizan la mayor subida, un 75% (3.854 contratos), fruto del incremento en el éxodo de ciudadanos hacia Galicia a medida que se agudiza la crisis de su país. A la cabeza siguen estando los trabajadores procedentes de Portugal (7.870 contratos, un 9,7% más), Rumanía (5.177, con un alza del 12,5%) y Brasil (aumentan un 10,5%, hasta los 4.018).
La patronal del metal, Asime, estima sus necesidades de mano de obra este año en unos 1.200 trabajadores para poder afrontar el resurgir del sector, especialmente en el naval. Los extranjeros se han convertido en una alternativa por la falta de empleados en la comunidad. Eso explica que en la provincia de Pontevedra la industria manufacturera haya incrementado un 53% los contratos a foráneos (1.892) y un 38% en toda Galicia (3.935). Sucede lo mismo con el transporte, donde las empresas de mercancías alertan de falta de relevo generacional. El alza en la contratación del colectivo para puestos de peón en Pontevedra vuelve a superar el 50% y se sitúa en el 32% (2.369 contratos) en la comunidad, con una subida superior al 31% para conductores de camiones (1.313).
La principal ocupación entre los extranjeros en Galicia es la de camareros: 11.146 contratos, un 11,3% más que en 2016. Para ayudantes de cocina se firmaron 3.214 contratos; 2.962 para personal de limpieza; y 2.400 para empleados domésticos.
