Hasta ayer por la mañana Factorías Vulcano no tenía ni tiempo ni dinero. Sigue sin tener efectivo, pero al menos ha ganado días extra para culminar el ferri Villa de Teror, que tenía que haber culminado y entregado el 28 de junio. ¿Cuánto tiempo? En lo que concierne al barco, el estrictamente necesario para terminar la construcción; respecto a la empresa, y comparado con los casi 100 años de trayectoria, un suspiro. La dirección de la histórica atarazana viguesa deberá presentar el lunes un plan de construcción en el que expondrá cómo está el ferri, qué falta para cumplir el contrato y cuántas horas de trabajo necesita. Si todas las partes inmersas en la operación dan por bueno el informe -y lo deberán validar Santander, Igape, Pymar, naviera y sindicatos-, la banca hará otro anticipo. Sin él, el Villa de Teror no se terminará, al menos en las gradas de Teis.

"El plan de construcción determinará las horas necesarias para terminar el barco, y en función de esto sabremos el dinero que hace falta", destacó el secretario xeral de CC OO Galicia, Ramón Sarmiento, uno de los asistentes al encuentro de Santiago. La reunión sirvió en primer lugar para abortar la amenaza de liquidación inminente de Vulcano, porque en la empresa están convencidos de que no habrían podido -aún contando con financiación- acabar el barco antes del 20 de enero. Ese día, como avanzó FARO, Trasmediterránea (integrada ahora en Naviera Armas) habría podido cancelar de forma unilateral el pedido. "Hay quien planteó que se necesitan 24 días para acabar los trabajos, y hay quien cree que es el doble". En todo caso ya no pesa sobre el astillero, y sobre todo sobre la plantilla, esa losa del apremio.

Los 79 trabajadores (73 fijos y seis con contrato relevo) llevan dos meses sin cobrar. El problema es que una vez Vulcano presente su plan de trabajo, y si éste se da por bueno, Santander necesitará "días" para que su comité de riesgos lo apruebe. Para evitar que la plantilla pase las fiestas con tres nóminas atrasadas (y cuatro, si se suman la extra de Navidad y enero), los sindicatos negocian ya con la entidad el desembolso de al menos una nómina o, en su defecto, una cantidad lineal para todos los empleados. Santander, según fuentes consultadas por FARO, se ha mostrado "muy receptivo" a atender esta petición. El ferri es, de hecho, propiedad de la entidad financiera.

"La pelota está en el tejado del astillero. Se le ha ayudado muchas veces -la firma del contrato con Trasmediterránea, de hecho, no se habría producido sin la implicación de la Xunta-, pero debe plantear un compromiso real", exponían otras fuentes conocedoras de la operación. "Si hay algún culpable de que el ferri no se haya terminado, es el astillero". El anticipo que realizó Santander en septiembre, insuficiente para que Vulcano terminara el trabajo, fue en base también al hito de entrega a la naviera. Lo que volvió a quedar ayer de manifiesto es que el futuro del astillero ni siquiera depende de este pedido, el único que ha firmado en los últimos diez años. "Tenemos un escenario de liquidación, con el barco o sin él. Otro sería un milagro". La familia Santodomingo (controla la compañía a través de Astilleros La Mecánica) mantiene no obstante que existe interés en el mercado en adquirir una parte del capital, incluso con ellos en el accionariado.

El Villa de Teror, de 139,1 metros de eslora con capacidad para 1.505 pasajeros, 450 vehículos y 600 metros lineales de carga rodada, fue iniciado por encargo de Viking Lines en 2007 en la empresa Astilleros de Sevilla, ya desaparecida, y llegó a Vigo en 2013. Entonces Vulcano tenía la esperanza de conseguir una armadora, rematarlo y poner fin a una sequía de contratos de más de un lustro.

Por su parte, la plantilla se concentró ayer a las puertas del astillero y responsabilizó a propietarios y directivos de Vulcano de la situación de "incertidumbre" que viven trabajadores y empresa. El secretario del comité, Carlos Olivares, apuntó directamente a "la propiedad y la dirección" actuales al preguntáserle cómo se pudo llegar a esta situación, y añadió. "Todos los astilleros contratan, menos nosotros, la nueva dirección no tiene la confianza de los financiadores y armadores".