La única opción que tiene Factorías Vulcano . Y ese "cuanto antes" es, como tope, antes de mediados de enero. Pero para eso necesita de una inyección urgente de liquidez de cuatro millones de euros, como avanzó FARO en exclusiva, adicionales a otros ocho a fecha de entrega del buque. Si es que ésta se produce, claro. A día de hoy no existe ninguna garantía de que la histórica atarazana viguesa vaya a ingresar ese adelanto de liquidez -ya recibió una septiembre, insuficiente para la conclusión del ferri- y la liquidación es un escenario que prácticamente da por hecha la plantilla, que hoy se reunió con el alcalde de Vigo, Abel Caballero.

El Villa de Teror, el ferri que construye Factorías Vulcano, tendría que haber realizado las pruebas oficiales de mar a finales de noviembre. Pero el buque, cuya fecha inicial de entrega la que figura en el contrato era el 28 de junio, no se movió de las gradas. La banca ha decidido no desbloquear de momento la nueva inyección de tesorería al existir un "conflicto" entre el astillero y la armadora; sin un nuevo adelanto de dinero ni se pueden realizar los tests, ni concluir la construcción, abonar los en torno a diez millones de euros que se adeudan a auxiliares y proveedores ni pagar las nóminas a la plantilla. Los 79 trabajadores de Vulcano llevan, según fuentes sindicales, dos meses sin cobrar, pese a que la atarazana había asegurado estar "al día" con los salarios. Trasmediterránea. Al menos para antes de mediados de enero, cuando podrá cancelar el pedido de forma unilateral por los sucesivos retrasos.

Llegar a esa fecha sin el barco terminado y entregado es el escenario que quieren evitar a toda costa CC OO, UGT y CIG, que reclamaron un encuentro "urgente" entre todas las partes implicadas para garantizar la continuidad de la plantilla. Esta reunión se celebrará el viernes en Santiago. Las centrales se han dirigido al conselleiro de Economía, Francisco Conde, a fin de sentar en una misma mesa al astillero, la naviera, el financiador y los avalistas del proyecto. El objetivo pasa por "dar futuro a la unidad productiva", al margen de la continuidad de la familia Santodomingo (controla Vulcano a través de Astilleros La Mecánica). El temor de la plantilla es que la empresa entre en liquidación voluntaria o necesaria, a instancias de algún acreedor con el barco en las gradas. "Así se complicaría mucho el proceso" y una eventual subrogación de los trabajadores en otra firma naval interesada en las instalaciones, llegado el caso. "Hay que entregar el barco"; no se podrá hacer antes de que se supere la fecha de cancelación sin una nueva entrada de liquidez.

Para las entidades no hay garantías de que el Villa de Teror se vaya a entregar, ya sea por incumplimiento de los plazos o por falta de interés de la naviera en recepcionarlo. El incumplimiento de las fechas estipuladas en el contrato fue atribuido por Vulcano a causas externas: un error en los sistemas de propulsión (de Wärtsila), primero, y el proceso de absorción de Trasmediterránea por Armas (con el pintado del nuevo logotipo), después.