Tras más de cinco años de instrucción, este lunes arranca en la Audiencia Nacional el juicio por las supuestas irregularidades en la salida a Bolsa de Bankia el 20 de julio de 2011, que sentará en el banquillo de los acusados a 34 personas físicas y jurídicas, entre las que se encuentran la propia Bankia y su matriz BFA. Se da la circunstancia de que la Fiscalía no acusa a los 34 investigados, sino que solo dirige sus actuaciones contra cuatro personas: el expresidente y el exvicepresidente de Bankia, Rodrigo Rato y José Luis Olivas, y los exconsejeros José Manuel Fernández Norniella y Francisco Verdú Pons.

Para el Ministerio Público, es la antigua cúpula de la entidad la culpable en este procedimiento por no reflejar la imagen fiel del banco con el fin de obtener "a toda costa" los fondos necesarios para cubrir las exigencias de capital. En cuanto al supuesto perjuicio por el que se acusa, Bankia abrió en febrero de 2016 un proceso de devolución de la inversión por la salida a Bolsa a los accionistas minoristas que invirtieron en la oferta pública de suscripción de acciones que la entidad realizó en julio de 2011. Del total de 11.000 particulares que se querellan contra la entidad, el 98% recibió el dinero invertido más los intereses legales, y solo quedan pendientes de obtener lo perdido un máximo de 168 personas, cuyo importe a devolver es algo inferior a dos millones de euros.

Respecto a la acusación de falsedad de cuentas y estafa, Bankia se defiende en que la información financiera del folleto de salida a Bolsa fue debidamente auditada por Deloitte, pero estaba referida al ejercicio 2010 de BFA y a la intermedia trimestral de 31 de marzo de Bankia. Así, pese a no contener las cuentas anuales auditadas correspondientes a los tres ejercicios anteriores, la CNMV autorizó que la emisión fuera aprobada, justificado en que Bankia no tenía tal antigüedad en ese momento. También fue ratificado por los peritos judiciales.