La firma Oliver Design eligió Vigo y su industria naval para llevar a cabo la profunda obra de remodelación de un transbordador turco a un barco de lujo que navegará por aguas escocesas, el Lord of the Highlands. Se trata de un contrato valorado en "varios millones" que supone un pedido más dentro de un nicho de mercado que está en pleno apogeo. Íñigo Oliver, directo general de la compañía vasca, valora para FARO el trabajo que se desarrollará en Vigo y su área, con la que lleva trabajando muchos años.

-¿Por qué eligen Vigo para llevar a cabo este proyecto?

-Por logística. Es una gran transformación y el armador quería confiar de nuevo en nosotros, pero no contratar los servicios de un astillero. Quería que le hiciéramos nosotros toda la gestión de obra, porque el barco lo hace Oliver Design. Los bueno de Vigo es la posibilidad que te da la Autoridad Portuaria de tener una zona del puerto dedicada a las transformaciones. Eso es muy difícil de conseguir en cualquier otra ciudad. Además nosotros trabajamos en prácticamente toda España y estamos viendo que en Vigo hay mucha industria auxiliar especializada y, en general, con mejores precios de contratos llave en mano.

-Entiendo que también ayudó en la elección el buen hacer del naval de aquí.

-Si. En Vigo ya hemos cerrado las principales contratas, como de electricidad, tuberías y demás. Hay muy buenas empresas y donde elegir con unos precios competitivos. Estuvimos muy tentados a hacerlo en Santander, que era otra opción, pero al final salía mejor en Vigo para asegurarnos hacer la obra en plazo. Pero sí que hay un problema a la hora de encontrar mano de obra especializada.

-¿También sufre ese problema Oliver Design?

-Es que entiendo que se publique que se necesitan un montón de trabajadores porque también lo vivimos. Ha habido una gran crisis en la que bajó la producción de los astilleros. Ahora hay un boom y muchos especialistas han huido o se han jubilado a otras comunidades o países. Entonces ves que las empresas a las que contratas tienen que una necesidad de mano de obra, porque además tienen otros encargos. No es fácil encontrar mano de obra cualificada.

-¿La opción ideal siempre fue la de reformar un buque en lugar de una nueva construcción?

-En este caso sí. En Vigo y su área la mayor parte de nuestros trabajos siempre han sido como subcontrata de diseño o de la parte de habilitación de grandes astilleros como Barreras, Freire, Nodosa, Vulcano? En este caso el armador no se podía permitir hacer una construcción y buscamos un barco de segunda mano que tuviera una buena plataforma, que es lo que va quedar: la cubierta principal y el doble fondo de máquinas. Todo lo demás es como una obra nueva.

-Parece el presente y futuro este nicho de los barcos de lujo.

-Sí. Este proyecto es un poco atípico, porque no tiene nada que ver con los grandes cruceros de expedición. Este es turismo de barco pequeño y de lujo. Es casi una travesía fluvial, porque va por islas de Escocia pero luego se centra en el canal de Caledonia, hasta Inverness. Lo que más orgullo me da es que ya hicimos una gran transformación en el año 2000 con un barco griego para este armador y 18 años después vengan y digan: Tengo tal éxito con aquel barco que necesito otro, porque tengo todo vendido hasta 2020. El negocio está asegurado y en este caso es un crucero que va de punto a punto. No cambia la ruta.

-Pero siempre con esa exclusividad presente.

-Sí, porque hay un nicho mercado que huye de los grandes cruceros, como los que llegan a Vigo con 2.000 o 3.000 personas. Quieren barcos más pequeños, con un servicio más selecto y con menos gente.

-¿Cuentan ahora con algún otro proyecto en Vigo o Marín?

-Estamos con Freire y la patrullera para Kuwait y acabamos de terminar en Nodosa una transformación de un pesquero. Luego también estamos trabajando con Armón, pero en este caso en Burela. Lo que sí que estamos es dando mucho trabajo a industrias de Vigo para proyectos de fuera de la provincia, como por ejemplo mobiliario junto a la firma Carpinautic. También en nuestra propia plantilla, compuesta por 40 trabajadores, tenemos a carpinteros que son gallegos. El año pasado llegamos a tener puntas de 170 personas contratadas. Para mí el éxito está en un buen diseño, una buena ejecución de proyecto, una buena dirección de obra y luego tener buena mano de obra.