La subasta para acceder a los descuentos en la tarifa eléctrica, el conocido como sistema de interrumpibilidad, se presenta como otro campo de batalla para la supervivencia de la planta de Alcoa en A Coruña. En los próximos días está previsto que se convoque la puja para el primer semestre de 2019 y si Alcoa no compite por las plantas de A Coruña y Avilés (Asturias), para las que anunció el cierre, será muy difícil que las factorías de aluminio puedan seguir activas ya sea en manos de la multinacional estadounidense o de un posible comprador, porque los costes energéticos harían inviable la producción. Por ello, el comité de empresa del centro gallego reclama que se garanticen los descuentos eléctricos para el próximo ejercicio.

"Ya sea con una prórroga temporal de la última subasta o mediante un nuevo sistema, el Gobierno tiene que dar certeza e ir hacia un marco más estable", expone el presidente del comité de empresa de Alcoa en A Coruña, Juan Carlos López Corbacho, en relación a las primas eléctricas a las que se agarra la industria electrointensiva -la electricidad representa el 40% de los costes de producción de Alcoa- para mantener sus márgenes de rentabilidad. Sin incentivos por interrumpibilidad, los números no salen. Los trabajadores lo saben y por eso confían en que la implicación que las administraciones están mostrando ante el conflicto laboral de Alcoa sirva para garantizar que la tanto la planta coruñesa, con 369 trabajadores, como la asturiana, con 317, conserven sus incentivos eléctricos más allá del 31 de diciembre, fecha en que vencen las primas vigentes.