Crecimiento, rentabilidad y atracción de talento. Son las principales inquietudes de la empresa familiar, según el barómetro elaborado por la auditora KPMG. Daniel Fraga es el socio director de la compañía en Galicia.

- Las auditoras son un termómetro perfecto del ecosistema empresarial. ¿Cuál es su diagnóstico para Galicia?

- Las compañías gallegas han mejorado mucho en los últimos años, la crisis les ha forzado a ser más imaginativas, salir al exterior y que su posicionamiento sea mejor. Sí es verdad que hay un aspecto, común en España, que es el tamaño de las empresas? No porque el tamaño sea per se bueno, sino porque te permite disponer de una mayor capacidad financiera. Sería donde más hay que trabajar. Las empresas que han aguantado la crisis están ahora en una mejor situación; muchas deberán plantearse dónde quieren estar en el futuro y plantearse crecimientos orgánicos o inorgánicos.

- La economía gallega es netamente exportadora, pero el ecosistema es minifundista. ¿Supone un hándicap para salir al exterior, es algo disuasorio?

- Hace cuatro o cinco años todo el mundo hablaba de internacionalización. Que parece muy fácil y no lo es porque tiene dos complicaciones: lleva mucho tiempo y cuesta dinero. El minifundismo es algo nacional, hay una base muy grande de pymes en España. Es una asignatura a nivel nacional, hay que intentar que sea un poco más grandes las empresas.

- La tendencia de consolidación ha desembarcado de mano de los private equity . ¿Habrá más operaciones significativas, escenarios de consolidación?

- Sí que se ha producido la entrada de private equity en Galicia, y es una tendencia que probablemente no haya terminado todavía. En el mercado hay mucha liquidez, los fondos necesitan generar mucha rentabilidad y los tipos de interés están prácticamente planos. Por eso buscan vías alternativas. La entrada de fondos es positiva porque, como son muy exigentes, convierten una compañía buena en una mejor. No necesariamente se producirán consolidaciones, en cualquier sector hay que ver si los negocios que se van a unir tienen ventajas en la complementariedad; por facturar más no quiere decir que vaya a ser mejor. Hay que intentar aprovechar la entrada de los fondos para la mejora de las compañías para que puedan seguir compitiendo.

- ¿Existe un déficit en la profesionalización de equipos directivos?

- Generalizar nunca es bueno. Tenemos empresas familiares que son buenísimas, y otras que son más grandes y no están igual. La dirección de las empresas en Galicia ha evolucionado de manera muy positiva, lo hemos visto claramente, ese salto de calidad. No creo que exista ese problema. Hay grandes profesionales en Galicia, lo que pasa es que los gallegos nos tenemos que vender mejor.

- ¿Y de relevo generacional en las empresas familiares?

- En la empresa familiar es el aspecto más relevante, el de la sucesión. Al final lo que ocurrirá en las compañías que no tengan una sucesión clara es que podrán acabar vendiéndose o dando entrada a fondos. Lo que hay que buscar es la supervivencia de la compañía, que se quede en Galicia. Ahora hay muchos mecanismos que permiten que, si no hay nueva generación para hacerse cargo, no se ponga en duda la continuidad de una empresa. Hace años igual era más complejo.

- Algunas cerraron, de hecho.

- No creo que haya empresas buenas que no hayan recibido la visita de un fondo o diez en los últimos años. Si un empresario ve que no hay opción de sucesión en el seno familiar va a tener una alternativa rápida y fácil para asegurar la continuidad de la empresa.

- Pasada la crisis, ¿cuáles son las inquietudes a día de hoy de las empresas familiares gallegas?

- Crecimiento, es complicado crecer; rentabilidad, hay una competencia voraz en el mercado, hoy en día ganar un euro es muy duro en cualquier sector; y luego la atracción de talento. Está también la incertidumbre política, aunque no es una cuestión que concierne solo a España, es de carácter mundial. Afecta a EE UU, Brasil, Alemania, Reino Unido, Bélgica, Italia? Nos vamos a tener que acostumbrar a esta incertidumbre. Y, pese a ella, la economía va a seguir creciendo. Lo importante es consolidar ese crecimiento y no perder el tren.

- Es casi una demanda unánime en todos los sectores: falta personal cualificado.

-Parece curioso con el paro que tenemos, pero es lo que nos dicen las empresas. A día de hoy prácticamente nadie te dice, y sí lo hacían hace cinco años, que tienen problemas de financiación. Las cosas han cambiado mucho. Con todo, la mayoría de las empresas familiares han ampliado plantilla en el último año, y por encima de los ejercicios anteriores.

- ¿Qué presencia tiene a día de hoy KPMG en Galicia?

- Estamos cerca de 70 personas en Galicia entre las oficinas de Vigo y A Coruña. Somos bastante multidisciplinares y, por determinadas razones, tenemos determinados servicios que no es habitual tenerlos en zonas como ésta, como pueden ser temas de ciberseguridad, responsabilidad social corporativa y sostenibilidad? Nuestro foco es auditoría, fiscal, legal y lo que llamamos management consulting. Hemos ampliado mucho los servicios por las necesidades que hay en las empresas, más allá de servicios más tradicionales. También trabajamos en asesoramiento financiero para reestructuraciones, forensic?

- En áreas como la ciberseguridad, ¿es un servicio que se presta por algún pico de demanda en Galicia?

- Las grandes compañías están más mentalizadas en la necesidad de abordar esto, y ese ha sido el origen. Ahora tenemos un equipo especializado en Galicia.

- ¿Están en fase de crecimiento?

- En el servicio más core hemos ganado mucha cuota de mercado. Ha habido en los últimos años diez grandes concurso de auditoría en Galicia, para selección de auditores, y hemos ganado siete. La confianza que nos han dado las empresas nos ha permitido crecer mucho.