Van ya seis meses consecutivos con una subida de los precios superior al 2%. En este mes de octubre alcanzó el 2,3%, según el indicador adelantado del IPC publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Y no fue mayor porque la bajada en la factura eléctrica compensó el encarecimiento del gas. A la espera de lo que ocurra de aquí al final del año, la mayoría de analistas coinciden en que el incremento del coste de la vida se desacelerará, aunque poco. Será una contención suave que seguirá lastrando la capacidad adquisitiva de los consumidores... y llenando la caja de las administraciones. Si la cesta de la compra, los productos energéticos y el resto de artículos habituales en el día a día de los hogares aumentan de precio, más se recauda cuando se le aplican los correspondientes impuestos, siempre que la demanda no se resienta. Y no se está resintiendo de momento. Ahí está la clave del buenísimo comportamiento que está teniendo este año el IVA. La Agencia Tributaria reconoce abiertamente que el ascenso de la recaudación del principal tributo ligado al consumo viene por el tirón de la demanda interna, a un ritmo del 4%, pero "con una aportación cada vez mayor en los últimos meses del componente de precios". En Galicia, una de las comunidades más inflacionistas, el gravamen registra un récord en su aportación a la cesta fiscal: casi 1.870 millones de euros entre enero y septiembre, un 16,8% más que en el mismo periodo de 2017.

Con la subida de los precios y los incrementos en los tipos del impuesto aplicados por los Gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero en 2010 y de Mariano Rajoy en 2012 para mitigar el impacto de la crisis en los ingresos públicos y frenar el déficit, el IVA alcanza niveles inéditos en la recaudación tributaria. Ni siquiera en la etapa de bonanza aportó tanto a Hacienda en Galicia. En 2007, por ejemplo, en los nueve primeros meses del ejercicio sumó 1.357,3 millones de euros, cerca de un 30% menos que en la actualidad.

La notable mejoría del IVA ayuda a equilibrar la recaudación global de la Agencia Tributaria en la comunidad, donde el Impuesto sobre Sociedades -el que grava el beneficio de las empresas- sigue en negativo, con una caída del 47%, hasta los 144,4 millones de euros; y los Especiales, que bajan un 7% (80,7 millones).

El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) registra hasta septiembre un alza en Galicia del 6,2%. Alcanza los 2.066,1 millones de euros. "Los ingresos ya estaban creciendo a buen ritmo desde comienzos del año gracias a la creación de empleo y a la mejora de la retribución media, elementos que, junto con un mayor tipo efectivo, impulsaban el aumento de las retenciones del trabajo", explica el organismo dependiente de Hacienda. Ese avance "se aceleró" en los últimos meses por la campaña de la declaración de 2017 -las devoluciones fueron similares a la campaña anterior, pero los resultados a pagar arrojaron "un significativo incremento"- y por la subida de salarios públicos y pensiones aprobada en los Presupuestos Generales del Estado de este 2018.

El otro gran dato del balance de la Agencia Tributaria en la comunidad es la caída estrepitosa, casi un 41%, del capítulo que reúne los recargos, intereses y sanciones, tras marcar un máximo histórico el pasado año.

A pesar de los buenos resultados del IRPF y, sobre todo, del IVA, Galicia no está entre las regiones con mayores ascensos de la recaudación total. Crece más en otras 11 autonomías, con Baleares (17%), Navarra (16%) y Murcia (12%), a la cabeza. El aumento en el conjunto del país es del 7,9%.

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