Alcoa se ha comprometido a ofrecer un plan social para alcanzar el mejor acuerdo posible para la compañía y los trabajadores y mitigar el impacto del cierre. La memoria que esgrimió en 2014 para justificar los despidos colectivos de A Coruña y Avilés ya recogía un esbozo de las medidas que la multinacional pretendía aplicar de echar definitivamente el candado, entre ellas recolocaciones y ayuda para encontrar otros puestos de trabajo.

La primera son medidas de recolocación interna o externa, en el primer caso condicionados a la existencia de vacantes y un posible mantenimiento transitorio de algunos empleos en un proceso gradual de cierre de plantas. Alcoa también se ofrecía en 2014 a liderar y sufragar un plan de recolocación externa con un periodo mínimo de seis meses, que incluiría medidas de formación y orientación profesional, atención personalizada a los afectados.