La Policía alemana registró ayer las sedes del fabricante automovilístico Opel en las ciudades de Rüsselheim y Kaiserslautern ante las sospechas de manipulación de los valores de emisiones contaminantes en vehículos diésel Euro 6. Los registros fueron realizados por la Oficina de Investigación Criminal (LKA) del estado federado de Hesse y por la policía, tras la orden de la Fiscalía de Fráncfort en respuesta a una denuncia interpuesta el pasado abril por la Oficina Federal de Vehículos a Motor, un organismo dependiente de la cartera de Transporte.

"Estamos investigando ante la sospecha de fraude por la puesta en circulación de vehículos diésel por manipulación del software que mide las emisiones contaminantes", precisó la Fiscal General Nadja Niesen al periódico Bild.

El Ministerio de Transporte teutón informó de que en breve se llevará a cabo la llamada obligatoria a talleres de unos 100.000 vehículos Cascada, Insignia y Zafira.